LOS PALOMOS 2023

Visibilidad a golpe de tacón en Badajoz

La Carrera de Tacones de El Silencio reúne a una decena de participantes y a numeroso público en la calle Encarnación

El ganador de la carrera, Pedro Caballero, a toda velocidad por la calle Encarnación, este viernes.

El ganador de la carrera, Pedro Caballero, a toda velocidad por la calle Encarnación, este viernes. / Andrés Rodríguez

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

No cabía una alfiler en la estrecha calle Encarnación. Con las espaldas pegadas a la pared y móviles en mano, el público esperaba impaciente el pistoletazo de salida. La Carrera de Tacones, que este viernes por la tarde ha vuelto a organizar El Silencio, dentro del programa de Los Palomos, despierta cada año más expectación por ser divertida y poner el toque ‘gamberro’ a la fiesta de la diversidad.

En esta cuarta edición, la singular prueba ha tenido como madrina a la drag queen Supernova, que para la ocasión ha lucido un traje inspirado en el Jarramplas, el personaje al que tiran nabos en Piornal. La música la ha puesto el grupo de percusión Pata Negra.

La drag queen Supernova, con un traje inspirado en el Jarramplas.

La drag queen Supernova, con un traje inspirado en el Jarramplas. / ANDRÉS RODRÍGUEZ

Una decena de participantes han recorrido apenas escasos 50 metros a toda velocidad y entre aplausos y gritos. El ganador ha sido el dj Pedro Caballero, que ha corrido con falda, collares y unas zapatillas de esparto. No eran muy altas, pero eran de tacón, como establece la única norma de la carrera. «Mi victoria es legal», decía con humor.

Como vencedor ha podido elegir entre dos premios: un fin de semana en el Palacete Encanto Maoir, en Campomayor, o un barril de cerveza. Se ha quedado el primero, por lo que la ‘birra’ ha sido para el segundo en cruzar la meta, Jacinto Leitón, que ha completado el recorrido con unos tacones con plataforma. Los dos participaban por primera vez. Tendrán que repetir para descartar que han tenido la suerte del principiante.

A Miguel Domínguez lo ha animado su novia a subirse a unos tacones de 8 centímetros. Eran del 44, unos zapatos dorados que un amigo le ha prestado, tras estrenarlos en el pasado Carnaval. No servirán para el próximo. A pesar de que se los ha sujetado con celo para evitar que se le cayeran, uno de ellos ha terminado partido por la mitad.

«Tengo tacones, ¿quién quiere ganarse un barril?», preguntaba Julián Monge, dueño de El Silencio, minutos antes de comenzar la carrera. Los llevaba en una bolsa, para quien quisiera apuntarse a última hora. Misión cumplida un año más, diversión y visibilidad a golpe de tacón en la víspera del día grande de Los Palomos.

Participantes y organizadores antes del pistoletazo de salida.

Participantes y organizadores antes del pistoletazo de salida. / Andrés Rodríguez

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