Homenaje a todos los implicados en el proceso del trasplante

El árbol de los donantes de vida

Alcer Badajoz planta un olivo centenario en el jardín del Hospital Universitario para que sirva de punto de encuentro de pacientes y familiares

Vídeo | Plantar un árbol por la vida

Santiago García Villegas

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

María de los Ángeles Estrada colocó un ramo de rosas blancas a los pies del olivo que ayer fue plantado en el jardín del Hospital Universitario de Badajoz. María de los Ángeles recordaba con este gesto a su hija, fallecida en 2016 y cuyos órganos salvaron otras vidas. Ayer su madre reivindicó que «los donantes son los olvidados». Un olvido que también el consejero de Sanidad en funciones, José María Vergeles, reconoció y achacó a la necesidad de preservar la confidencialidad. «No hemos sabido dar el reconocimiento que los donantes merecen», dijo.

El olivo donde María de los Ángeles depositó sus flores es un ‘árbol de la vida’ que servirá de punto de encuentro de los pacientes trasplantados, familiares de donantes, personas que han donado en vida y todo el personal implicado en el complicado profeso del trasplante de órganos. Su plantación centró el acto de conmemoración del Día Nacional del Donante de Órganos que organizó Alcer Badajoz en la entrada del Universitario. Su presidenta, Patricia García, explicó que con este árbol se pretende «poner en valor el esfuerzo de tantas personas para hacer efectivo el regalo de vida que es un trasplante». Alcer quiere que este lugar sirva para «rendir homenaje a esas personas, esa cara oculta de la luna que tienen los trasplantes, porque no conocemos quién es nuestro donante, pero tampoco a todo el personal sanitario implicado en la cadena».

Mari Toni Castillo quiso estar para mostrar su agradecimiento. Esta almendralejense recibió un riñón en diciembre de 2020 y su vida sufrió «un cambio radical». Antes de aquella fecha «estaba apagada, no tenía ganas de nada, estuve en diálisis, al año y medio, me llamaron y fue la mejor Lotería que me ha podido tocar». Maribel Matador ha conocido la cara y la cruz de los trasplantes de órganos. Estaba allí por su hijo Gabriel, trasplantado hace 24 años, y por su sobrino Carlos, que con 21 años tuvo un accidente y «donó todo». «Estamos muy orgullosos porque sus padres saben que vive en otras personas». Carlos expresó en vida su deseo de donar sus órganos si fallecía. «Siempre lo dijo el niño, lo habíamos tenido en casa y estaba muy concienciado».

Extremadura puede dar ejemplo. La tasa de donación por millón de población es de 60, muy por encima de la media nacional, que está en 46,3. En 2022 ha sido la tercera comunidad autónoma en el número de donaciones y la primera entre las que no son uniprovinciales. Vergeles mencionó que la «esencia» de la Organización Nacional de Trasplantes está en que se incentive desde todos los puntos de vista la donación y para hacerlo, se necesita el altruismo de la gente «y eso es lo que celebramos aquí: la generosidad, esos momentos en los que es tan difícil poder tomar decisiones de este calado como es la donación de órganos y que la familia lo acepte». En este contexto, el consejero hizo un llamamiento a dejarlo por escrito con la expresión anticipada de voluntades, para que no sea una decisión que quede en manos de los familiares. «Invito -manifestó- a la sociedad extremeña a que ejerza ese derecho de expresar de forma anticipada su voluntad».