El proyecto para la restauración de las ermitas de la Consolación y del Rosario en la Alcazaba de Badajoz y su conversión en centro de interpretación y de recepción de visitantes aún no se ha hecho público. Este diario avanzó hace dos días que la Consejería de Cultura ya lo tiene y la Asociación Amigos de Badajoz no ha tardado en reaccionar, pues aunque no ha tenido acceso directamente, sí ha podido conocerlo en unas jornadas que se celebraron en Mérida. Según este colectivo, «lo conocido nos parece suficiente para considerar que de llevarse a cabo adulteraría significativamente ambos inmuebles».

Amigos de Badajoz cree que el proyecto debería «replantearse», pues con su actual diseño no podría ser aprobado por la Comisión de Patrimonio de la Junta de Extremadura «al no respetar los volúmenes originales de las ermitas». A la vista de las infografías, esta asociación entiende que para la ermita de la Consolación algunos aspectos tienen «un difícil encaje» con la realidad histórica de este inmueble. Así, señala que la propuesta contempla transformar el interior en un espacio diáfano cuando la estructura «era más variada y compleja».

En su análisis, Amigos de Badajoz describe que en los pies de la ermita estaba el coro, del que se conserva el arranque del arco del coro bajo.Este arco podría ser restituido -defiende- con materiales livianos para dejar marcado este espacio. Además, también se conserva la entrada al coro alto, aunque el acceso estaba en el exterior y sería preciso reconstruir el soportal adosado a la fachada sur, al menos, la escalinata de la esquina que daba paso a la puerta del coro alto. Por otro lado, Amigos de Badajoz alerta de que el proyecto no incluye la recuperación del camarín. Tampoco homogeneiza la cubierta y ofrece un volumen uniforme «para un edificio que originariamente tenía distintas soluciones». Por último, la asociación añade que los muros norte y oeste del edificio contaron con algunas ventanas que fueron amortizadas. El colectivo señala que la infografía del proyecto no contempla su recuperación o, al menos, su señalización. Asimismo, entienden que también deben recuperarse o consolidarse los restos conservados de las pinturas y de las distintas fases decorativas del inmueble, así como reponer la espadaña que coronaba el muro oeste.

Respecto a la ermita del Rosario, Amigos de Badajoz, manifiesta que las infografías que conocen no permiten precisar claramente las soluciones planteadas para este edificio. En todo caso, «nos parece que sería una oportunidad» para intentar recuperar la cota original del suelo situado delante de la ermita, la escalinata de acceso a la misma, así como el primer tramo de la nave y la dependencia adosada al lado del evangelio.

Como conclusión, esta asociación cree que en una actuación como ésta, con un enorme impacto en la Alcazaba, «debemos extremar todas las cautelas y desde luego ajustarnos a lo que fue la realidad histórica para no generar una imagen falseada de nuestro principal monumento ni de la mejor y más hermosa vista de la ciudad».

Malestar en el ayuntamiento

Por otro lado, aunque por una cuestión de forma y no de fondo, que desconocen, en el Ayuntamiento de Badajoz la información publicada por este diario sobre el proyecto elaborado por la Junta para la restauración de las ermitas de la Alcazaba ha caído como un jarro de agua fría, pues confiaban en que, al ubicarse en su término municipal, recibiesen información puntual. Tras publicarse que la restauración costará unos 770.000 euros, el concejal de Patrimonio, Jaime Mejías, se puso en contacto con el director general del área, que le aseguró que el proyecto aún no está aprobado y se está supervisando. Tampoco comparte el concejal que su elaboración se haya adjudicado «a dedo», dada la cuantía del presupuesto.