Esperanzados. Así se sienten los propietarios de Los Rostros de Santa Amalia, Huertas de la Encina (conocidos como Los Rostros I y II, respectivamente) y El Naranjal de Badajoz ante la posibilidad de regularizar por fin la situación urbanística de propiedades tras años de incertidumbre y bajo la amenaza de los derribos. El motivo es un cambio introducido en la Ley de Ordenación Territorial y Urbanística Sostenible (Lotus) de Extremadura, que ya no impide que se acojan a la figura de asentamientos rústicos irregulares las parcelas y edificaciones sobre las que pesan expedientes administrativos o judiciales de restitución de la legalidad urbanística.

Este fue el argumento por el que el pleno del Ayuntamiento de Badajoz -con la abstención de Unidas Podemos y el voto a favor del concejal no adscrito, Alejandro Vélez- rechazó en mayo de 2021 tramitar la modificación puntual del Plan General Municipal (PGM) que presentaron más de un centenar de propietarios para tratar de poner en orden sus terrenos y edificaciones, que construyeron de manera ilegal sobre una finca que también se parceló ilegalmente. 

Esta modificación es el requisito previo e indispensable para que estas tres urbanizaciones sean declaradas asentamientos rústicos irregulares. Sin embargo, desde la Administración local siempre se ha defendido que en los casos en los que había órdenes de demolición, como en Los Rostros de Santa Amalia, Huertas de la Encina y El Naranjal, no se podía recurrir a esta figura, pues no cumplir esas órdenes supone responsabilidad administrativa para los cargos públicos que no las ejecuten.

Tras más de un año «peleando» para que la Lotus se modificase y no les dejara sin opciones de regularizar sus propiedades, los afectados, asesorados por el arquitecto Juan Antonio Álvarez, han conseguido su propósito y salvado ese «escollo». De hecho, la semana pasada volvieron a presentar en el registro del ayuntamiento la solicitud para que se tramite la modificación puntual que solicitan. «Ahora nos sentimos amparados por la ley y los propietarios tienen esperanza, porque las causas que impedían que se tramitara ya no se dan. Ahora hay qué ver lo que dicen los políticos», señaló Álvarez. «Ya no vale lo de que tenemos una sentencia que cumplir, que nunca ha sido así, porque nunca ha habido ninguna sentencia de demolición», añadió el arquitecto.

La solicitud planteada por estos vecinos la tendrá que resolver la nueva corporación municipal que salga de las urnas el próximo 28 de mayo. Los afectados quieren reunirse con los candidatos de los diferentes partidos que concurren a la Alcaldía de Badajoz para ponerlos al día de su situación y explicarles la nueva vía que se abre.

Si prospera la modificación del PGM propuesta, se paralizarían los expedientes administrativos y judiciales sobre parcelas y edificaciones. Los propietarios de las tres urbanizaciones ya han impedido la entrada de las máquinas para demoler sus propiedades. El ayuntamiento anunció que recurriría a una orden judicial, pero nunca más se supo de ello.

Según explicó Álvarez, una vez aprobado el cambio en el Plan General Municipal, el siguiente paso sería obtener una declaración de impacto ambiental por parte de la Junta de Extremadura que -aseguró- será «favorable», pues estos terrenos no gozan de ningún tipo de protección. Este trámite corresponde al ayuntamiento.

Posteriormente habrá que elaborar un Plan Especial y finalmente cada propietario deberá presentar su proyecto individual de legalización. El arquitecto calcula que, «si todo va bien y con diligencia», los vecinos de Los Rostros de Santa Amalia, Huertas de la Encina y El Naranjal podrían tener su situación urbanística regularizada en un plazo de dos años. No parece mucho después de «media vida con la espada de Damocles sobre sus cabezas».