EL JUICIO HA QUEDADO VISTO PARA SENTENCIA EN LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE BADAJOZ

El acusado de intentar cortarle las manos a su expareja en Almendralejo reconoce los hechos

La fiscalía y la acusación mantienen la petición de casi 12 años de cárcel, mientras que la defensa solicita que se reduzca a seis años y medio por confesión y alcoholemia

El acusado, de pie y con camisa azul, este jueves en el juicio en la Audiencia Provincial de Badajoz.

El acusado, de pie y con camisa azul, este jueves en el juicio en la Audiencia Provincial de Badajoz. / LA CRÓNICA

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

Reconoce que le causó graves lesiones en las manos con un cuchillo, pero asegura que lo hizo en una situación de arrebato por los celos y bajo los efectos del alcohol. El juicio contra un hombre acusado de intentar cortar las manos a su expareja -de la que tenía una orden de alejamiento en vigor por un episodio de violencia de género anterior- ha quedado este jueves visto para sentencia en la Audiencia de Provincial de Badajoz.

Los hechos juzgados

, fecha desde la que el procesado ha permanecido en prisión provisional. En la vista, que se ha celebrado a puerta cerrada, el hombre, según su abogado, Leopoldo López, se ha declarado culpable de los delitos que se le imputan: uno de lesiones graves con pérdida de inutilidad de un miembro y otro de quebrantamiento de medida cautelar.

Por el primero, la fiscalía y la acusación particular solicitan una pena de 11 años de cárcel, al considerar que concurren la agravante de razón de género y la circunstancia mixta de parentesco, y por el segundo, 11 meses de prisión.

No puede trabajar

Ambas partes solicitan para la víctima 148.000 euros de indemnización por los daños morales y físicos. Según la acusación particular, que ejerce Remedios Suárez-Bárcena, a causa de las lesiones que le provocó su expareja, la mujer tiene una limitación «importante» en ambas manos, pero especialmente en la derecha, lo que la incapacita para su vida diaria y también para ejercer «cualquier tipo de actividad laboral». 

Por su parte, la defensa plantea que la pena de cárcel que se imponga a su cliente sea de 6 años y seis meses de cárcel, al entender que no concurre la agravante de discriminación por razón de género. Asimismo, considera que se le deben aplicar las atenuantes de confesión, pues, según ha dicho, iba a entregarse cuando fue detenido por la Policía Nacional, y alcoholemia, porque se encontraba en estado de embriaguez cuando atacó a su expareja. 

También cree que han existido dilaciones indebidas, ya que los hechos sucedieron hace dos años y cuatro meses y hasta ahora no se ha celebrado el juicio, «pese a no ser una causa muy compleja».

La víctima y el acusado estaban separados cuando la agredió. Tienen un hijo en común de dos años, que en el momento de los hechos no se encontraba presente, aunque sí había en el domicilio otras dos personas, familiares de la mujer. Según la fiscalía y acusación particular, el procesado derribó la puerta de la vivienda de su expareja cuando esta dormía y la asió violentamente por el pelo y la arrastró a la calle, mientras le exigía que volviera con él. Ya en el exterior de la casa, «como expresión de su situación de dominio», con el cuchillo que portaba le asestó múltiples golpes en la muñeca, que hicieron a la víctima perder el conocimiento.

La defensa reconoce la comisión de los delitos, pero introduce algunos cambios en el relato de los hechos, en los que sustenta que su cliente no actuó por razón de género y caben las atenuantes que plantea. El abogado del acusado aceptó el pago de la indemnización que se le imponga una vez se dicte sentencia, así como las penas accesorias que solicitan las otras partes: que no se pueda acercar a su expareja a menos de 200 metros durante 16 años y libertad vigilada durante un periodo de 8 años tras cumplir la condena.