"Estoy preparando un escenario con la espectacularidad del show sin perder la intimidad del teatro"

Pablo Alborán: "Es muy triste que un poder tan grande como el de la música se use para denigrar"

El cantante y compositor malagueño ofrecerá un concierto en Badajoz el 20 de julio dentro de la gira de su disco 'La cuarta hoja'

Pablo Alborán.

Pablo Alborán. / LA CRÓNICA DE BADAJOZ

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Cuando habla es como sus canciones: melódico, amable y sin sobresaltos. Pablo Alborán (Málaga, 1989) atiende a este diario por teléfono, desde el estudio en Madrid, donde está concediendo entrevistas con motivo de la gira de su último disco. ‘La cuarta hoja’, que lo traerá a Badajoz el 20 de julio, dentro del Alcazaba Festival.

-¿Sabes que vas a cantar en la fortificación musulmana más grande de Europa?

- Qué maravilla. Mi madre es francesa pero nació en Casablanca, en Marruecos, y yo he bebido mucha música étnica.

- ¿Qué aporta ‘La cuarta hoja’?

-Mucha vitalidad, es un disco muy positivo, de estar en contacto con la realidad y con la gente. Lo pude escribir gracias a la gira de teatros que hice el año pasado, donde viajé otra vez a Latinoamérica, a Estados Unidos y por toda España y estar en los primeros escenarios donde empecé. Volver con mi guitarra, mi piano, pocos músicos y cerca de la gente me inspira muchísimo. Me lo he pasado en grande haciéndolo, si ningún tipo de prejuicios a la hora de grabar ni de trabajar con otros artistas ni de estilos ni de nada y eso me está permitiendo diseñar una gira muy diversa.

-¿El público verá evolución?

-Vivimos un momento en el que hay mucha música y un consumo muy rápido. Pero también es muy inspirador cuando te mezclas con otros artistas y te das cuenta de que el género musical ya no predomina sobre la canción, sino que las canciones empiezan a tener su sitio. Está muy guay poder preparar una gira donde se hace un repaso de todo lo que me ha hecho estar donde estoy y a la vez divertirme y que la gente se divierta, no solo se emocione, sino que si le apetece bailar, baile. Estoy preparando un escenario sin perder la intimidad del teatro, pero con la espectacularidad del show, con pantallas, luces y una estética muy moderna.

-¿Para los duetos, eres tú el que busca o te buscan?

-Depende. Ahora se llevan mucho las ‘song camp’, que son como campamentos de canciones donde nos juntamos los compositores. A lo mejor vienen a España artistas de otros países para una semana entera de composición con varios. Hay un parte positiva y otra un poco peligrosa. Puede que sea tirar piedras a mi tejado, pero es lo que siento. Un parte maravillosa es que te pones a componer con gente con la que jamás pensabas que ibas a escribir nada, con estilos completamente diferentes, que te aportan muchísimo y tú les aportas ellos. Y luego hay una parte peligrosa, que es que uno pretenda que en el día salga una canción ya terminada y que sea perfecta. No creo que debamos ser una fábrica de churros. Hay que tener un poco de cuidado. Está guay poder crear con mucha gente pero con calma. La calma es importante y el tiempo de maduración también.

-En este último disco te atreves con canciones más alegres, como la colaboración con María Becerra. ¿No te cierras a otros estilos?

-Lo que quiero es pasármelo bien cuando hago música y no ser esclavo de nada. Ni de mí mismo tampoco. Sé que voy a cantar siempre con mi sello, mi voz. Mi sello es mi voz. No lo puedo cambiar. Pero se aprende mucho con gente que escribe de otra manera o que usa la métrica de otra forma, más hablada, más rapeada, o más melódica. Que uno pueda atreverse a mezclarse creo que es muy sano.

-Tú que cuidas tanto tus letras, ¿qué piensas de los contenidos que imperan en los nuevos estilos de la música latina?

-No solo en la música latina, es más general. Creo que es muy triste ver que un poder tan grande de comunicación como el de la música se use para denigrar. Toda canción que denigre a la mujer, y que denigre al hombre -porque cuando denigras a la mujer estás denigrándote a ti mismo-, es innecesaria y triste y no aporta nada. Se puede bailar igual con una letra donde no se infravalore a nadie. También creo que hay una parte muy positiva en la música de hoy, que es un nuevo lenguaje y una nueva manera de comunicarse que no hay que demonizar. 

-En tus canciones hay palabras que se repiten, como un señuelo. Palabras como ‘lunares’. ¿Tiene alguna explicación?

-(Se ríe) Es que tengo muchos lunares. Me hace gracia. Tengo un lunar al lado del ojo y recuerdo que me lo quité porque me empezaba a molestar. Pero volvió a salir. Hubo un momento muy gracioso. Cuando me hice la foto para la portada del disco de ‘Prometo’ el lunar casi no se veía. De pronto, a lo largo de los meses, justo antes de salir el disco, el lunar reapareció. Le dije a mi hermano Salva, que es mi director artístico, que tendría que pintarlo porque había vuelto a salir. No se lo podía creer. Tuvimos que repetir la sesión de fotos con el lunar. Los lunares acaban saliendo, como todo en la vida.

-Eso significa algo.

-Que se tiene que mantener la esencia.

-Sabes que Badajoz linda con Portugal, un país que te atrae especialmente. ¿Qué lugares frecuentas?

- He ido mucho. Me gusta Sintra y Lisboa me vuelve loco, no hay viaje a Lisboa que no me sorprenda. Ya voy más al sur, a Tavira, Faro, donde veraneo bastante

-El agua está helada.

-Me da igual. Cojo el coche y hace tanto calor que un baño frío de vez en cuando te pone las pilas.

-Calor el que hace en Extremadura. Lo sabes porque has cantado en Mérida, en el teatro romano.

-Es brutal, me vuelve loco. Cada vez que voy a Mérida hay mucha energía.

-¿Cuál es el lugar al que siempre vuelves? ¿Málaga o Madrid?

-Mi centro está en Madrid. He hecho mi vida aquí, como epicentro por mi trabajo. Pero Málaga está que se sale. Tengo allí mi familia y cada vez que puedo estoy con los míos.

-¿Conservas a tus amigos de la infancia?

- Siempre. De hecho ayer estuve hablando con una amiga de colegio. Tengo la suerte de contar con muy buenos amigos: nuevos y antiguos. Yo también me considero un buen amigo y creo que me lo han enseñado ellos.

-¿Con el éxito se puede sufrir?

-Si lo vives como algo obligatorio y numérico, se sufre muchísimo cuando no obtienes el número que te exiges y te crees que eres un fracasado. Eso no puede ser, en la vida en general. El número de likes, comentarios o visitas no puede ser sinónimo de éxito. Es sinónimo de exposición. Yo vivo con mucho respeto que te vaya bien o mal. Tengo mis rachas buenas y malas como todo el mundo. Mi éxito es poder volver a mi casa, que esté todo en orden, tranquilo, en calma.

-¿Cómo vives el culto a la imagen en el que estamos inmersos?

-Es una pesadilla. Creo firmemente que cada vez nos cuesta más hacer el ejercicio de aceptarnos. Uno se tiene que aceptar a uno mismo y te tienes que gustar tú y que todo lo que te hagas sea para que te gustes tú, no para que te acepten en una red social o te acepten los demás. Yo también tengo mis complejos, como todo el mundo.

-¿Dónde te ves en el futuro?

- Me gustaría seguir dedicándome a esto dignamente y me encantaría seguir conociendo países nuevos, en los que cantar por primera vez. Poder dedicarme al cine y a la interpretación. Estoy estudiando arte dramático y me tiene enamorado. Nunca pensé que me iba a gustar algo tanto como la música. 

-¿Tienes alguna propuesta sobre la mesa como actor?

-Hay cosillas. Ahora me estoy preparando y estudiando mucho. Respeto mucho la interpretación. Cuantas más herramientas tenga, mejor saldrá.

-¿Crees que alguna de tus canciones podría convertirse en un clásico?

- Me encantaría. Es por lo que lucho .Por eso respeto tanto a la profesión y al público. Al público hay que cuidarlo, estudiando, practicando, cuidándote y dando siempre el doscientos por cien sobre el escenario. El público ha pagado por verte y tienes que darlo todo. Ese es el que camino para que perdures. No conozco otro.