El estruendo del fuego cruzado fue ensordecedor en la plaza Alta. Si el sábado se pudo disfrutar del asalto y conquista de la Alcazaba pacense durante la guerra de la Independencia, hecho que tuvo lugar el 6 de abril de 1812, ayer la recreación narró los hechos que sucedieron esa madrugada. Las tropas francesas acabaron perdiendo Badajoz en la plaza Alta y los británicos, eufóricos, saquearon Badajoz y abusaron de sus habitantes durante tres días. Decenas de cadáveres poblaron el escenario de la recreación con tanto detalle que incluso se pudo ver cómo un británico ‘le sacó los dientes’ a un alemán con unas tenazas. El nivel de detalles era digno de mención.

Mª Ángeles acudía por primera vez con su madre, Leonor. «Vivo en el Casco Antiguo desde hace 50 años y estoy disfrutando muchísimo este fin de semana», dijo emocionada mientras aplaudía. Madre e hija estaban entregadas.

Las tropas británicas abriendo fuego a los pies de la Torre de Espantaperros. ANDRÉS RODRÍGUEZ

Como ellas, decenas de pacenses se acercaron a ver el acto final de esta segunda edición a pesar de las nubes que amenazaban con aguar la fiesta. Entre el público, tanto del sábado como del domingo, se encontraban los asistentes al 42 Foro de Hispania Nostra, la asociación nacional más importante en defensa del patrimonio, que este año eligió Badajoz para celebrar su congreso anual.

Fernando Caro, gerente del restaurante La Cacharrería, afirmó que «el sábado fue un ‘todo lleno’, teníamos que decir que no a la gente que quería tomar algo» y el domingo, aunque algo más flojo, también fue «un éxito». Es la tónica general de los establecimientos hosteleros del centro.

«Ha sido el fin de semana más completo en cuanto a actividades en lo que llevamos de año, con permiso del primero de Carnaval», señaló ayer Jaime Mejías, concejal de Turismo, que mostró su satisfacción de que estos días concluyeran «sin ningún incidente».

El albergue del Revellín

Los muchos eventos de este fin de semana hicieron que los hoteles estuvieran al 85 % de capacidad. Algunos recreadores optaron por esta opción pero otros, además de en el campamento militar de la Alcazaba, han podido pernoctar en las instalaciones del albergue del Revellín.

«Es una alegría haber podido usarlo en esta ocasión para alojar a los recreadores. El año pasado estaba siendo utilizado por los refugiados de la guerra de Ucrania, pero esta vez sí», señaló Mejías, que agradeció el trabajo de los servicios municipales para limpiar, desbrozar y adecentar las instalaciones. «Los recreadores se han sorprendido porque el albergue en sí mismo es un museo: los pasillos están cubiertos de murales con la historia de Badajoz, en muchos casos relacionados con la guerra de la Independencia, de tal manera que estaban viendo lo que iban a representar. Les maravilló».