LA CAUSA HA QUEDADO VISTA PARA SETENCIA EN LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE BADAJOZ

El joven acusado de apuñalar a otro que perdió un riñón reconoce los hechos

El procesado negaba ser el autor y estar ese día en Badajoz, pero este martes durante el juicio confesó que lo hizo "por miedo". La víctima: "Vino directamente a por mí, a matarme; quería quitarme de en medio"

El acusado, de pie, durante su declaración este martes en la Audiencia Provincial de Badajoz.

El acusado, de pie, durante su declaración este martes en la Audiencia Provincial de Badajoz. / SANTIAGO GARCIA VILLEGAS

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

Negó ser el autor de los hechos y aseguró que el día que ocurrieron se encontraba a cientos de kilómetros de Badajoz, concretamente en Benidorm. Es la versión que , desde que fue detenido hace más de 18 meses, mantenía el joven acusado de apuñalar a otro que perdió un riñón y parte del hígado en abril de 2019 en Los Colorines. Pero este martes, ante el tribunal que lo juzgaba por un delito de tentativa de homicidio en la Audiencia Provincial de Badajoz, cambió su declaración. 

«Conté que estaba en Benidorm porque me lo dijo mi abogado. Ahora digo la verdad, porque lo que está hecho, hecho está y vengo a contar la verdad». El procesado reconoció que el día de los hechos estaba en la plaza Toto Estirado haciendo una barbacoa con su hermano menor y vio como la víctima, que había llegado en un coche junto a otros dos varones (que permanecieron dentro del vehículo), se bajaba del coche y se dirigía hacia él «con cara de pocos amigos». Ambos se conocían porque la pareja del acusado había sido antes novia del perjudicado. «Venía corriendo hacia mí, le dije que habláramos a distancia, pero se acercó y creí verle algo en el brazo». No supo decir de qué objeto se trataba. 

Esa situación, según aseguró, le produjo «muchísimo miedo», por él, que entonces tenía 18 años, y por su hermano pequeño. «Se acercó, no se qué cogí, cerré los ojos y le tiré, no sé si lo pinché o no», declaró. «Cometí un error, pero si no llego a hacer eso, nos hubiera hecho daño a mí y a mi hermano», insistió. El acusado señaló que no recordaba con qué lo apuñaló y que tampoco sabía en ese momento el alcance de las heridas que le había causado. Solo dijo que lo vio inclinarse y dirigirse de nuevo hacia el coche y marcharse, pero que no lo persiguió.

«Quisiera pedirle perdón, pero no con palabras, sino con el corazón», dijo el imputado, quien afirmó que la víctima lo provocó, que ambos intercambiaron amenazas a través de las redes sociales, pero que nunca quiso matarlo. También dijo que el día antes de los hechos había consumido hasta cuatro tipos de sustancias estupefacientes y que cuando sucedieron los hechos era adicto a la droga.

Sobre su cambio de versión, aseguró que siguió las directrices de su primer abogado y que si no contó que había consumido sustancias estupefacientes fue para que su madre no se enterara.

El testimonio que ofreció la víctima, que tenía 29 años cuando perdió el riñón, fue bien distinto. Según su relato, se desplazó hasta Los Colorines junto a dos amigos para llevar un teléfono móvil a la mujer de un compañero de trabajo, cuando se topó «de sopetón» con el acusado, quien al grito de que iba a matarlo y «con un cuchillo» en la mano, se abalanzó sobre él. Huyó hacia el coche, al que dio varias vueltas corriendo, mientras lo perseguía, se cayó dos veces y la segunda, notó un pinchazo en la zona del abdomen. «Vino directamente a por mí, quería matarme; me quería quitar de en medio», aseguró el perjudicado. Según contó, le pedía que parara, pero no lo hacía. «Se volvió loco», dijo. Cuando ya estaba herido, un grupo de gente que había en la calle, los separó. «Si no hay nadie, me mata».

El perjudicado señaló que el imputado lo amenazaba por redes por teléfono y redes sociales por haber tenido una relación anterior con la que en esos momentos era su pareja. «Se obsesionó conmigo, él me buscaba las vueltas y yo no entraba en su juego», afirmó la víctima, que negó haber provocado el encuentro ese día, así como llevar encima cualquier tipo de arma.

Diálisis o trasplante

A causa de la puñalada que le propinó, hubo que extirparle un riñón y también resultó gravemente afectado el hígado. Según los forenses, si no se le hubiera intervenido quirúrgicamente de inmediato, hubiera perdido la vida. Los peritos declararon que la víctima tenía una patología renal previa -no detectada hasta ese momento-que se ha agravado, lo que hará que en poco tiempo necesite someterse a diálisis o a un trasplante, lo que, de no haber sido lesionado, no hubiera requerido «hasta los 70 u 80 años». 

La fiscalía y la acusación particular, ejercida por Juan Francisco Montes, que dieron por válido la versión del perjudicado y no la de la víctima, mantuvieron su petición de 10 años de cárcel por tentativa de homicidio y, a tenor de los informes de los forenses sobre la gravedad de las secuelas, solicitarán una mayor indemnización en concepto de responsabilidad civil (pedían 55.000 euros).

Por su parte, la defensa, en manos de María José Malagón, que inicialmente solicitaba la absolución, planteó que a su cliente se le imponga la pena mínima, teniendo en cuenta las atenuantes de confesión tardía, porque, según consideró, el reconocimiento y relato de su representado ha sido «esencial» para juzgar la causa, y la de dilaciones indebidas en su condición de muy cualificada, por el retraso del procedimiento. Las acusaciones achacaron la demora a las incomparecencias y las acciones del acusado para eludir a la justicia, pues no se entregó. Su abogada aseguró que fue porque no se le había notificado.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

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