TRABAS PARA DEVOLVER EL CUERPO A GUADAJIRA

«Llevamos 16 días esperando la repatriación del cadáver de mi hermano»

Juan Carlos Gallego murió el 27 de febrero mientras trabajaba cerca de Marsella

Juan Carlos Gallego García.

Juan Carlos Gallego García. / LA CRÓNICA

Irene Rangel

Irene Rangel

Juan Carlos falleció de un edema pulmonar mientras trabajaba como guardés en un cortijo cerca de la ciudad de Marsella. Su hermana, Eva Gallego, explica que es un trabajo temporal que realizaba por meses, según necesidades de la finca. «Estuvo aquí por Carnaval. Hacía solo tres días que se había ido cuando pasó todo», cuenta. 

«Solo queremos velar a mi hermano unas horas, ya con eso nos conformamos» dice Eva. A pesar de que Juan Carlos falleció en Francia el pasado día 27 de febrero, todavía no tienen noticias de cuándo llegará el cuerpo a Guadajira, su localidad natal y lugar donde será enterrado. Eva denuncia que se han puesto en contacto con el consulado y con la aseguradora pero nadie les da una explicación.

«Es la aseguradora la que no se implica», afirma Gallego. «Nos enteramos de que mi hermano había muerto por un amigo. Nos pusimos en contacto con el seguro y empezaron las trabas. Fuimos nosotros los que tuvimos que llamar al consulado, averiguar en qué morgue estaba y saber qué funeraria francesa se estaba haciendo cargo del cuerpo». Gallego también asegura que, aunque su hermano falleció el día 27 de febrero, no levantaron el cuerpo hasta el 28 pero en los papeles aparece el día 3 de marzo como fecha de la defunción. Ahora están esperando a que la funeraria española y la francesa se pongan en contacto «pero no lo conseguimos. Eso son gestiones que debería hacer la compañía y no las hace. Tampoco nos rellenan los papeles que necesitamos: se los mandamos la semana pasada y aún nada».

De acuerdo con lo que dice la normativa, para repatriar un cuerpo a España tiene que estar embalsamado. «La aseguradora nos dice que el juez de allí no autoriza a congelar ni a embalsamar el cuerpo de mi hermano, por lo que no pueden traerlo. No tenemos más explicaciones. Solo sabemos que el deseo de mi hermano era ser incinerado y no va a poder ser, así que no sabemos cómo ni cuándo nos lo van a devolver». Eva explica que Juan Carlos tenía obesidad mórbida y eso hace que las medidas del ataúd también sean una complicación.

«Nosotros ya solo pedimos poder velarlo unas horas antes de llevarlo al cementerio. No queremos ni siquiera hacerle una Misa. La aseguradora nos dice que no, que el cuerpo llegará en muy malas condiciones y que tiene que ir directo al cementerio, pero para nosotros es importante». Eva asegura también que la alcaldesa de la localidad les ha asegurado que le abrirán dos nichos para que no haya problemas de espacio y los restos de Juan Carlos puedan descansar en su pueblo.