La Unidad de Oncohematología del Hospital Materno Infantil, candidata a la Medalla de Extremadura

La Asociación de Donantes de Médula Ósea (ADMO) presentó ayer la candidatura de la planta de oncohematología del Hospital Materno Infantil de Badajoz a ser condecorada con la Medalla de Extremadura.

Virtudes Carrasco, presidenta de la asociación, expresó que su deseo es que este premio sirva de reconocimiento a la labor que desde 2005 está haciendo este equipo sanitario. La Unidad de Oncohematología Pediátrica de la región, ubicada en la quinta planta del citado hospital, está compuesta por profesionales de la hematología, oncología, pediatría, paliativos pediátricos, enfermería, celadores, maestros, trabajadores sociales y demás profesionales dedicados a la atención del niño y adolescente con cáncer. Han atendido a más de 500 pacientes en los 18 años de funcionamiento de la unidad. «La asociación quiere servir de vínculo para que estos profesionales puedan recoger la Medalla de Extremadura pero queremos poner de manifiesto que esta iniciativa surge de las familias que han estado mucho tiempo en ingreso y en revisiones en esta planta», destacó Carrasco en el acto de presentación de la candidatura.

Es el caso de Celia Lucas, madre de un paciente oncológico infantil, que protagonizó uno de los momentos más emotivos de la jornada al rememorar sus vivencias en el hospital. «Un 4 de enero de 2018 nos dijeron que mi hijo Álvaro, de 14 años, tenía leucemia. El mundo se desvaneció. Ese día llegamos a ‘la quinta’ sin saber muy bien a qué nos tendríamos que enfrentar. Fueron momentos muy duros y gracias a los grandísimos profesionales que trabajan allí pudimos sobrellevar los casi dos años que duró nuestro ingreso» contó emocionada Celia. 

La leucemia es el cáncer infantil más frecuente, supone el 30% de los cánceres pediátricos que se diagnostican. En España se identifican 300 casos cada año. Esther Mena fue uno de ellos. Lleva dos años fuera de tratamiento y ahora es voluntaria de ADMO. «Cuando yo pasé por aquí ni siquiera existía ‘la quinta planta’… pero sí existía el equipo. Ellos hacen un esfuerzo personal enorme para que los niños y los adolescentes que tenemos que pasar tiempo aquí nos sintamos en casa. Ojalá os den la Medalla de Extremadura pero, si no os la dan, no olvidéis nunca que cada niño vivo como yo somos una medalla que habéis ganado».