Ignacio Gragera se ha convertido en un espectador de los más habituales en el Teatro López de Ayala. Siempre que puede, asiste a la presente edición del Concurso de Murgas, aunque a veces le toque, como él mismo publicó en su perfil de redes sociales «aguantar el chaparrón» por la gran cantidad de críticas que está teniendo que soportar de las distintas agrupaciones participantes. De momento, de las siete noches que se han celebrado, solo ha faltado en dos de ellas. Una por un compromiso personal y otra por un acto de partido. En las demás, ha estado en todas y cada una de estos pases del COMBA.

Después de no celebrarse en 2021 a causa de la pandemia, el concurso regresó un año después en versión reducida. Una vez dejada atrás la situación de emergencia sanitaria, el certamen ha vuelto a la normalidad. No obstante, el propio Gragera no se da por satisfecho y considera que hay un amplio margen de mejora de cara a próximas ediciones. «Este es el concurso que queríamos, pero aún nos falta recuperar la participación de años anteriores. Ese debe ser el objetivo: intentar que el COMBA sea la casa de todas las murgas de la ciudad y lograr conseguir la participación de más de 40 agrupaciones que hemos visto otros años», sostiene. 

No obstante, el alcalde pacense sí que muestra satisfacción, ya que este concurso ha vuelto a ser el mismo que el de antes del covid. «Este año no tiene nada que ver con el año pasado. Las murgas han podido trabajar y hemos podido recuperar preliminares y tener semifinales y una final con nivel», añade el regidor.

Críticas

El propio Gragera está siendo una de las tendencias más demandadas en las actuaciones del COMBA. Casi todas las murgas les han cantado, muchas le han criticado de forma más superficial, mientras que otras han sacado todo su arsenal de pasodobles, cuplés, e incluso en estribillos para arremeter contra un edil que se toma todas estas letras contra él con filosofía. «Uno tiene que asumir las críticas. Cuánto más tiempo está uno en el cargo, más expuesto está a ellas. Esto es ley de vida. No hay que engañarse ni sorprenderse. Asumo bien las críticas y me divierten las letras de casi todas las murgas. A veces hay que soportar una presión excesiva, pero para eso estamos aquí», declara.

Y es que este no es un año cualquiera, ya que faltan poco más de tres meses para enfrentarse a los comicios. Por tanto, muchas veces puede ser una buena oportunidad para tomar nota de las demandas que le hacen las agrupaciones a través de sus incisivas letras. «De gestión municipal nos hablan, sobre todo, por el tema de las vallas y las aceras de la ciudad. Es un aspecto en el que ya se está trabajando, pero no se soluciona en un día ni en dos. Todo aquel que vea la ciudad, verá que este ayuntamiento no se está quieto. Aunque tengamos opiniones diferentes, las murgas pueden opinar lo que quieran. Están en su derecho, la verdad», explica Gragera.

«Me gustan las murgas»

Si se compara con su antecesor, Francisco Javier Fragoso, da la sensación de que este último acudía al teatro por tener que cumplir el trámite, ya que rara vez se quedaba hasta el final. No está siendo este el caso de un Gragera que, cada vez que acude, lo hace siempre hasta el final de la noche. «A mí me gustan mucho las murgas. Ahora vengo más al teatro porque antes era más complicado. No siempre era sencillo hacerse de entradas. Ahora con mi cargo puedo venir. Solo he dejado de acudir cuando mis compromisos me lo han impedido. Siempre que puedo vengo e intento quedarme hasta el final. Todas las murgas merecen que las escuchemos atentamente y disfrutemos de sus intervenciones», detalla el alcalde.

Edición polémica

Está siendo una edición llena de polémica y llena de controversia. El cambio de jurado, la inclusión del incomprensible ‘gracejo’, el cambio de ubicación de estos jueces del patio de butacas al palco, el cambio de 15 a 18 murgas que logran el pase o la sanción posteriormente revocada a Los 3W son solo algunos ejemplos de una serie de temas de conversación que están desviando en muchas ocasiones el foco de las propias actuaciones. «El jurado es soberano. Decide dónde se ubica y quién pasa de ronda o no. Una vez que el jurado se constituye y se hace cargo del COMBA, ellos son los que deciden y los que toman sus decisiones», apunta.

Y, aunque no quiera mojarse con su murga favorita, Gragera no oculta que le ha encantado la actuación de Los Chungos, que llevan a las tablas un pleno municipal disparatado e irreverente, donde no faltan los principales actores de la política pacense. 

«Su actuación es muy divertida. Es Carnaval puro. Alegría, desenfado, crítica y diversión. El primer día nos impactó, pero nos ha gustado mucho cómo lo han hecho en semifinales. Lo hacen de forma crítica y muy graciosa», concluye.