Cuatro hombres se sientan este miércoles en el banquillo de la Audiencia Provincial de Badajoz por su implicación en el tiroteo en el que un varón de 34 años perdió un ojo a causa de las lesiones sufridas. La fiscalía, como ya informó este diario, pide para dos de ellos 11 años de cárcel por un delito de tentativa de homicidio y otro de tenencia ilícita de armas, y 138.900 euros en concepto de responsabilidad civil. En la causa por estos hechos, ocurridos en septiembre de 2020 en la plaza Toto Estirado de Los Colorines, también están procesados otros dos varones, para los que el ministerio fiscal solicita una pena de 2 años de cárcel por tenencia ilícita de armas.

Por su parte, la acusación particular, que ejerce Enrique González de Vallejo, eleva la petición de pena de prisión para los cuatro procesados hasta los 13 años. A los dos principales procesados los considera autores materiales de los disparos y a los otros dos, coautores. Además, reclama una indemnización de 142.200 euros por las lesiones físicas, secuelas y daños morales sufridos por su cliente. Las defensas, en manos de Alfredo Pereira, Fernando Cumbres y Miguel Ángel Trigo, solicitan la absolución de sus clientes.

Según el escrito de la fiscalía, uno de los acusados, cuñado del varón tiroteado, mantuvo una discusión con su esposa, a la que agredió, tras lo que esta huyó y se refugió en casa de su hermano. El marido «de común acuerdo» con los otros tres inculpados, se dirigieron a la vivienda de la víctima «con ánimo de acabar con la vida» de la víctima, que fue tiroteada cuando se encontraba asomada a la ventana. El escrito del ministerio fiscal expone que, al «grito conjunto de ¡matadlo!, tiradle!, uno de los principales acusados realizó un primer disparo, que le alcanzó en la cara y el ojo, y posteriormente, otro de los procesados, efectuó otro, que impactó en la parte lateral izquierda de su cabeza. El perjudicado sufrió estallido ocular traumático del ojo izquierdo y más de 30 perdigones se le quedaron incrustados en la región facial.

El hombre permaneció ingresado en el hospital cinco días y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia para vaciarle el ojo, por las graves lesiones sufridas en el globo ocular. Además, la víctima padece, como secuela del tiroteo, trastorno neurótico de carácter grave.

Uno de los presuntos autores de los disparos fue detenido tras el suceso por la Policía Nacional y el otro, cinco meses después. Las armas presuntamente utilizadas en el tiroteo no fueron encontradas.