"Voy a echar de menos el mercado navideño"

Patricia Camacho reconoce que está cansada, pero feliz. Por primera vez ha participado en el mercado navideño de Badajoz, con un puesto de cervezas artesanas y vinos «y la verdad es que ha ido muy bien, la experiencia ha sido muy gratificante, divertida incluso, cansa porque son muchos días, pero genial, no lo esperaba». Divertida porque ha conocido a mucha gente, «Estoy acostumbrada a la tienda donde estoy yo sola con el cliente pero aquí no, te paras con muchos». 

No solo la experiencia, también las ventas. Porque ha vendido muchas cervezas. «Repongo todos los días» y hay clientes que han repetido. «Primero se llevaban cerveza para ellos y después para regalar, sobre todo estos últimos días, también regalitos de autoconsumo». Quiere volver en la próxima edición «metiendo aquí a alguien», bromea, porque ha estado sola detrás del mostrador todo el mes, sin descansar. «Repetiría porque compensa económicamente y por la gente, creo que voy a echar el mercado de menos», resume contenta.

Los responsables de los puestos del mercado del paseo de San Francisco entrevistados por este diario coinciden en que el balance es muy positivo, a pesar de la lluvia, que incluso obligó a cerrarlos una tarde y una mañana para evitar riesgos. Puede que el resultado para algunos haya sido inferior al de ediciones anteriores por la climatología, pero esta cita navideña ha funcionado bien, tanto para los que se estrenan como para los que han estado años anteriores.

Tampoco Mari Ángeles Fernández, que desde hace tres años se instala en San Francisco con loza portuguesa, se puede quejar. «Ya tienes la clientela echa de Badajoz y de otras localidades y eso vale mucho». 

Desde la primera edición participa Antolín León con sus turrones de Castuera. «No nos podemos quejar, ha sido un año duro y un mes lluvioso, pero no nos ha ido nada mal, el mercado va bien, viene mucha gente», contaba en este puesto María del Mar Martínez, que destacaba que lo que más venden son almendras y pipas garrapiñadas. También turrones, en tabletas y en tacos. «Hay gente que viene para que se lo parta el jefe, porque les recuerda a su infancia y a la feria».

Purificación Rojas era la primera vez que se instalaba en San Francisco con su marca La Apañá, que solo en este mercado tiene tienda física, pues vende a través de las redes sociales. «Me ha ido fenomenal, estoy muy contenta». Tanto que repetirá.