La actividad se desarrolla en el Hospital Centro Vivo hasta el 5 de enero

Los niños aprenden a cocinar por Navidad en Badajoz

El concurso taller ‘Acho chef’ enseña a los pequeños a elaborar un tiramisú con productos extremeños

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SANTI GARCIA

El Hospital Centro Vivo de la Diputación de Badajoz acoge desde el pasado día 27, hasta el 5 de enero, el concurso taller infantil de cocina ‘Acho chef’, una actividad navideña más por la que pasarán unos 150 niños de entre 8 y 12 años. El gerente de La Casa de los Sentidos, José Antonio Jaramillo, explicó que lo han planteado como una especie de MasterChef pero en versión extremeña, ya que han elegido que los niños, que están por parejas, elaboren una receta muy tradicional como es el tiramisú pero con productos de la región. En este sentido, el bizcocho se ha cambiado por las perrunillas, la crema de queso se hace con torta de La Serena y el plato se culmina con un poco de café extremeño y licor de bellota.

Lo primero que les enseñan a los pequeños es a hacer la masa que les sirve de base y ellos están encantados de mancharse las manos para hacer las bolas que luego aplastan para que queden con forma circular. Después las ponen sobre las bandejas y los monitores se las llevan al horno para cocinarlas y, una vez que están listas, las montan con el resto de los ingredientes en un táper. Para finalizar, lo decoran con cacao mediante una especie de cartulina en la que han hecho y recortado previamente un dibujo temático de estas fechas como un árbol de Navidad, una estrella o lo que se les ocurra. Luego pueden degustar el postre con los monitores y llevárselo a casa para que también lo prueben sus padres. Antes de acabar la jornada, les entregan un diploma de participación.

Dos niñas baten la crema de queso que luego echan por encima de las perrunillas.

Dos niñas baten la crema de queso que luego echan por encima de las perrunillas. / SANTIAGO GARCIA VILLEGAS

Jaramillo aseguró que los niños llegan muy contentos e ilusionados y les tienen que frenar un poco esas energías porque enseguida se quieren poner el mandil y el gorro de cocinero. Algunos de ellos tienen conocimientos de la cocina porque los padres les dejan ayudarles y otros llegan con menos experiencia, pero ellos aprovechan para introducirlos a este mundo. Tanto él como la monitora Luna Díaz coincidieron en que los pequeños acatan bien las recomendaciones que les dan y «están muy metidos en cómo se trabaja y te contestan ¡si chef1».

Julia es una de las participantes que se apuntó porque le gusta mucho cocinar y ayuda a sus padres en casa. Era la segunda vez que hacía un taller de cocina como este, no como Diego, para el que era su primera experiencia pero que tenía claro que iba a hacer muchos más. «Me he inscrito porque luego le puedo enseñar a mis padres cosas que no sepan», resaltó. A él también le gusta ayudar en casa y sus platos favoritos son las tortillas, los bizcochos y los churros.

En la sala había también padres comprobando cómo se les da la cocina a sus hijos. Es el caso de Estefanía Zamora, quien manifestó que su hija es una fan incondicional de MasterChef y quería probar uno de estos talleres gastronómicos. «Es una buena iniciativa», añadió, y eso se comprueba con el éxito de las inscripciones.