La lluvia hace casi impracticable los caminos de tierra por el barro que se genera y por los hoyos

Los usuarios ven excesivos dos años para adecentar el final de Ricardo Carapeto, en Badajoz

Los clientes de los comercios de la zona ven necesario el arreglo por el peligro de la vía. Algunos ciudadanos optan por ir al gimnasio o al restaurante por el acceso de la autopista

Una persona se dirige hacia el final de la avenida por el camino de tierra lleno de charcos.

Una persona se dirige hacia el final de la avenida por el camino de tierra lleno de charcos. / Andrés Rodríguez

El anuncio del adecentamiento del tramo final de la avenida Ricardo Carapeto, en la barriada de San Roque, ha sido una buena noticia para los comercios de la zona y para los vecinos y conductores que pasan habitualmente por esa carretera pero todos coinciden en que el plazo de dos años para ejecutar la obra es mucho tiempo para un espacio de apenas 300 metros.

El peligro, sobre todo para aquellos que se desplazan a pie hasta el gimnasio Altafit o al restaurante McDonald’s, es evidente puesto que no existe acera y el arcén de la calzada tan solo tiene unos centímetros de anchura, motivo porque el que los ciudadanos tienen por las zonas de tierra que hay a ambos lados de la carretera. Pero esto también supone un problema porque está lleno de baches y hoyos y en el periodo de lluvias, como ocurre actualmente, se forman charcos y hay mucho barro, lo que provoca caídas y lesiones. También afecta a los coches que aparcan en esos huecos ya que hay desniveles entre la carretera y la arena que hace que roce el coche en la parte de abajo.

Guadalupe Ríos es una de las usuarias del gimnasio que tiene que realizar ese trayecto cuando se baja del autobús y considera que el estado de la avenida es «muy mejorable». «Es un tramo difícil y puede ser peligroso, hay que tener mucho cuidado», señaló a la vez que dijo que hay veces que casi no se puede ir por la parte de tierra porque los coches están aparcados.

En el caso de Martín Zamora, siempre va pegado al muro del campo de fútbol de San Roque porque, a su juicio, ese tramo está «hecho una mierda» y por ahí, aparte de que no hay tanto barro, no le pasan los vehículos tan cerca. Este joven afirmó que va a ser mucho mejor que lo arreglen pero cree que tardarán mucho tiempo.

Otra de las socias del gimnasio es Brenda Píriz, que aparcó el coche como siempre en el lateral y tuvo que andar varios metros hasta pasar la zona de barro. A ella le parece «fatal» como está la carretera y que no se pueda aparcar en condiciones. «Es un peligro y cuando llueve es horroroso», manifestó. Además, indicó que más de una vez les ha dado la parte de abajo del coche con la calzada. Píriz, que se sorprendió al conocer que las obras durarían dos años, expresó que hay que tener paciencia porque lo importante es que se vaya a arreglar.

Por su parte, Santiago Sánchez explicó que va a menudo con sus hijos al McDonald’s y muchas veces prefiere ir por la autopista, aunque no sea tan directo, por «miedo». Para él, la mejora de esta vía debería estar hecha desde hace bastante tiempo.

En consonancia con ellos se mostró Juan Antonio Enrique, que tildó de «lamentable» el estado del final de Ricardo Carapeto y destacó la falta de aparcamiento.

Las empresas de la zona al fin verán cumplidas una reivindicación que llevan denunciando desde hace muchos años. Es el caso del gimnasio Altafit, que el próximo mes de marzo cumplirá ocho años y desde el primer momento han reclamado la mejora del entorno, tal y como contó la coordinadora Mercedes de Ocano. «Nos afecta bastante porque el 90% de los clientes viven en la barriada y muchos de ellos no necesitan el coche para venir», añadió. Uno de los aspectos que destacó fue la falta de iluminación. En la época invernal, cuando antes de las 19.00 horas ya es completamente de noche, la visión en este tramo es casi nula y por suerte nunca se ha producido un accidente importante.

En cuanto a las futuras obras, que están previstas que comiencen en mayo, aseguró que es una «alegría» que se vayan a acometer porque llevan muchos años esperando pero también cree que dos años para un tramo tan pequeño es muchísimo tiempo. «Eso se hace mucho antes», concluyó.