Este próximo fin de semana se cumplen 25 años de la trágica riada ocurrida la noche del 5 al 6 de noviembre de 1997 en Badajoz, que se cobró 22 víctimas mortales y dejó a su paso una herida abierta que aún no se ha cerrado. Ayer, el alcalde pacense, Ignacio Gragera, avanzó que el ayuntamiento seguirá insistiendo para obtener fondos europeos que permitan terminar de regenerar la zona de exclusión que delimitó la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para evitar ocupar el área inundable y convertirla en espacio de esparcimiento y disfrute.

El ayuntamiento ya solicitó en enero 4 millones de euros a la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica para la renaturalización de ciudades, con cargo al plan nacional de recuperación, para un proyecto con el que se iban a regenerar más de 7 hectáreas. El alcalde desveló ayer que «por desgracia» no les han concedido esta ayuda, aunque seguirán intentándolo en las siguientes convocatorias de los fondos Next Generation, «algo que sería innecesario si todas las administraciones hubieran puesto de su parte», defendió.

De la riada «queda una huella visible y dolorosa que el ayuntamiento está intentando cicatrizar desde hace mucho tiempo sin la colaboración del resto de administraciones», lamentó el alcalde. Gragera reconoció que en un primer momento todas se volcaron y cumplieron los objetivos del convenio para realojar a los afectados, a los que se construyeron nuevas viviendas en Pardaleras, Cerro de Reyes y la Granadilla. Pero apuntó que el ayuntamiento ha sido la única que ha seguido expropiando, comprando y derribando construcciones afectadas, sin la colaboración del Gobierno central ni de la Junta de Extremadura. La Administración local lo ha estado haciendo con medios propios «de manera insuficiente», detalló el alcalde.

Gragera realizó ayer estas declaraciones cuando se acercó ayer a Cerro de Reyes para presenciar el gran mural que está pintando Alejandro Pajuelo (de nombre artístico Chino) en la medianera de una vivienda que linda con la avenida Luis de Góngora, con motivo del aniversario de la riada. El grafiti, en el que Pajuelo está trabajando desde el lunes, simboliza «la tragedia que sufrimos hace 25 años», recordó Miguel Luna, responsable de comunicación de El Corte Inglés, que patrocina este mural, junto al Club Rotary. El Chino pretende terminar esta obra este sábado al mediodía, cuando serán convocados todos los vecinos del entorno para fotografiarse junto al grafiti.

El mural, de 70 metros cuadrados, representa un ángel saliendo del agua dirigiéndose al cielo, como símbolo de la tragedia ocurrida, y sobre él habrá 25 estrellas (por los 22 fallecidos de Badajoz y 3 de Valverde de Leganés) y la luna de aquel día en cuarto creciente. Alejandro Pajuelo tenía solo 6 años cuando ocurrió la riada, pero tiene amigos cuyos familiares sufrieron la tragedia. Los vecinos de Cerro de Reyes han podido estos días observarlo trabajar y hacer un seguimiento de los progresos del mural. Pasan, se detienen, se quedan mirando y alguno hacen fotos. Chino está ya acostumbrado a pintar proporciones similares. Los colores son oscuros para rememorar la noche de tormenta, con el cielo negro amenazante, el ángel en tonos verdes y la iluminación naranja que recuerda el estallido de la tragedia. El ángel se lleva la mano al pecho para representar «el dolor y todo el sentimiento sufrido», relató el artista. Todos los que pasen por la transitada avenida Luis de Góngora entenderán fácilmente el mensaje que proyecta.