No habrá un centro de acogida temporal para transeúntes en el edificio de contenido social que ha proyectado el Ayuntamiento de Badajoz en El Progreso. La presión vecinal ha conseguido su propósito y la Junta de Extremadura y Cáritas han renunciado a sus intenciones, después de que colectivos y asociaciones del entorno se opusiesen a su ubicación, porque creen que no beneficiaría ni a los vecinos ni a los propios usuarios.

El proyecto sigue adelante como un centro social para los barrios del norte de la vía del tren pero cambiará el uso de parte del edificio de nueva construcción, para el que el ayuntamiento tiene una partida de 2 millones de euros con cargo a la estrategia Dusi. Durante la pandemia, se vio la necesidad de que Badajoz contase con un recurso para personas sin hogar, que sería gestionado por Cáritas con recursos de la Junta. Pero el anuncio topó con los vecinos de El Progreso, que llegaron a reunir un millar de firmas contra la ubicación del centro de acogida temporal.

El viernes pasado se reunieron todas las partes implicadas: representantes de los colectivos que integran la Comisión Comunitaria de Salud de El Progreso; el director de Cáritas, Jesús Pérez Mayo; la directora general de Servicios Sociales, Infancia y Familias, Carmen Núñez; el director del Instituto Municipal de Servicios Sociales del ayuntamiento (IMSS), José Antonio Expósito, y el concejal del área, Antonio Cavacasillas. En esta reunión, la directora general pretendía exponer el proyecto y explicar a los representantes vecinales cuáles serían los perfiles asistenciales, pero «ante las reticencias de los interlocutores, la dirección general ha considerado que podían no darse las mejores condiciones para la acogida de estas personas y para favorecer la intervención social e inclusión en el entorno comunitario», según manifestó ayer a este diario. 

La Junta explicó además que «a fin de evitar confusiones», es necesario aclarar que esta parte de las instalaciones en las que intervenía se planteó como «un recurso habitacional transitorio para personas sin hogar que se encuentren ya en segunda fase de intervención. Esto es, que lleven ya alrededor de un año en otros recursos de primera acogida, exista adherencia a las intervenciones y tratamientos terapéuticos o farmacológicos y se encuentren en fase previa a su total autonomía».

La dirección general aclaró que «no es Cáritas quien abandona el proyecto, puesto que Cáritas gestiona un servicio que proporciona y sostiene económicamente la Junta de Extremadura en toda la región». Una vez tomada la decisión de retirarse del proyecto de El Progreso, señaló que «tendrá que estudiar otras opciones para poder dar atención a estas personas en condiciones óptimas, tanto a nivel de infraestructuras, como de intervención y acogida del entorno».

En Cáritas creen que ha podido haber falta de información o de comprensión por parte de los vecinos, que en un principio creerían que a El Progreso se trasladaría el albergue que funciona en Bravo Murillo. Jesús Pérez insistió en que era un centro de atención a personas sin hogar que están a punto de incorporarse a una vivienda. Cáritas quiere cambiar los dispositivos que tiene en Badajoz para atender a personas sin hogar y si ya no es posible en El Progreso, buscará otra solución. En la actualidad gestiona el Centro Hermano, el albergue de Bravo Murillo y dos pisos. La oportunidad de este edificio en El Progreso era mejorar las actuales instalaciones «pero ya lo buscaremos si aquí no ha sido posible, no dejaremos de intentarlo».

RESPETO / En Cáritas respetan la posición de los vecinos, con quienes no quieren crear polémica alguna. Atendiendo a su preocupación les han explicado qué pretendían hacer «pero si no hay un convencimiento, preferimos dar el mínimo pie al conflicto», y han optado por retirarse en lugar de establecerse en un sitio «con un ambiente enrarecido». Pérez Mayo recalcó que lo importante para los vecinos es que el proyecto salga adelante y si Cáritas es un obstáculo que pueda interrumpirlo «preferimos dar un paso atrás, porque el edificio es necesario, que el ayuntamiento esté presente en el barrio» defiende el director de Cáritas, que agradece la disponibilidad del ayuntamiento y de la Junta.

Cavacasillas, por su parte, insistió ayer en que se mantiene en el Progreso el proyecto en la planta baja donde funcionará un centro social con trabajadores del IMSS, siguiendo el modelo de Suerte de Saavedra, Las Moreras y pronto en la Paz-Valdepasillas, de manera que el edificio que construirá el ayuntamiento en la calle Zapata contará con espacios para formación o que puedan utilizar los colectivos del entorno para actividades propias. El concejal quiso aclarar que desde el inicio ha habido colaboración con la Comisión Comunitaria, a la que se presentó el proyecto antes que a la prensa, en enero de 2021, y no hubo ninguna crítica, pero año y medio después surgió el movimiento en contra. Las «situaciones habitacionales» se mantendrán, pero será la Junta con los colectivos del barrio los que acordarán su uso, del que se desentiende el ayuntamiento porque, según Cavacasillas, no es de su competencia.

En la Comisión Comunitaria de Salud El Progreso valoran que la Junta y Cáritas hayan comprendido «nuestras razones», comentó ayer la secretaria, Gloria González, que aclaró que «no tenemos nada en contra de estas personas, por supuesto, pero reclamamos mejoras para nuestra zona antes de introducir más problemas».