Los okupas han abandonado esta noche, sobre las 00.45 horas, el piso de la calle Altozano tras la contundente y ruidosa protesta de más de un centenar de vecinos en en exterior, que se prolongó durante más de tres horas. No han podido aguantar la presión. La pareja permanecía desde hace varias semanas en la vivienda que tenían alquilada cuatro estudiantes, que no pudieron entrar en su piso ni recoger sus pertenencias porque habían cambiado la cerradura. Cuando la pareja de okupas abandonó esta madrugada el piso, encapuchados, para evitar que se les reconociese, ya apenas había vecinos en la calle, pero sí en los balcones, que aplaudieron a los dueños del piso.

Anoche, vecinos del entorno e incluso de otros barrios de Badajoz, participaron en una cacerolada ante la fachada del bloque. La Policía Nacional tuvo que intervenir cuando un grupo de manifestantes subió hasta el rellano donde se encuentra la vivienda okupada y aporrearon la puerta y le dieron patadas. La fuerte reacción vecinal ha conseguido su propósito y los okupas ya se han marchado ante la presión. Fueron ellos los que avisaron a los policías de su intención de marcharse, aunque inicialmente querían esperar unos días. "Decían que ya no podían estar allí, que querían irse, pero no se atrevían", cuenta esta mañana Raúl, el propietario del piso, que subió junto a un amigo y les pidieron que se marchasen ya. Raúl incluso estaba dispuestos a pagarles un hotel para que pasasen la noche. Antes de abandonar el piso, los okupas firmaron un escrito con el compromiso de no regresar, para así asegurarse el propietario de que se iban definitivamente y entregaron las llaves.

Su acción ha dejado rastro en la vivienda, pues se han llevado todas las pertenencias de los estudiantes, según asegura el dueño del piso: desde ordenadores a ropa y hasta un televisor y un congelador. Ni siquiera están los apuntes, que se supone que habrán tirado a la basura. "No han dejado nada", asegura el propietario, que aún se muestra nervioso por lo ocurrido anoche. Eso sí, la casa no está sucia. De todo lo sucedido, Raúl destaca el apoyo que ha recibido de los ciudadanos, así como de la Policía Nacional, cuyos efectivos se mantuvieron apoyándolos, entraron en la vivienda a petición del dueño ante el temor que aún pudiese haber alguien dentro y esperaron hasta que la pareja de okupas se marchó por donde había venido, increpados por los vecinos que fueron testigos de su marcha. Vencidos.