La Crónica de Badajoz

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La cantaora de Gévora fue recibida ayer en el Ayuntamiento de Badajoz

Esther Merino: "La Lámpara Minera abre muchas puertas"

La artista extremeña participará en los festivales de Nueva York y de Chicago

La cantaora de Gévora Esther Merino, recibida por el alcalde de Badajoz tras ganar la Lámpara Minera

La cantaora de Gévora Esther Merino, recibida por el alcalde de Badajoz tras ganar la Lámpara Minera Santiago García Villegas

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La cantaora de Gévora Esther Merino, recibida por el alcalde de Badajoz tras ganar la Lámpara Minera Ascensión Martínez Romasanta

"Todo llega con lucha y sacrificio», fueron las palabras que la cantaora de Gévora (Badajoz), Esther Merino, pronunció ayer en el salón de plenos del ayuntamiento, donde fue recibida por el alcalde, Ignacio Gragera, y una representación de la corporación municipal, tras haber ganado la prestigiosa Lámpara Minera en el Festival Internacional de Cante de las Minas en La Unión, en Murcia, que la acredita entre los mejores en su oficio. «Se ha unido a los grandes», dijo de ella el alcalde en la recepción oficial, a la que la artista acudió acompañada de sus padres.

Gragera destacó que la cantaora haya ganado este premio representando a una ciudad «con una raíz y una historia del flamenco envidiable, con muchos artistas representativos, no solo del pasado sino también del presente». El alcalde dio las gracias a la cantaora «por vivir y sentir el flamenco y tu tierra y por ser una grandísima embajadora de Badajoz, de Gévora y del flamenco extremeño».

La Lámpara Minera ha supuesto un gran impulso en la trayectoria de Esther Merino desde el mismo instante en el que la recogió, según reconoció ayer la cantaora, que participará en festivales a los que «si no hubiera ganado esto no hubiera podido acceder». Así, en febrero y marzo estará en los de Nueva York y de Chicago, según desveló. «Este premio abre muchísimas puertas y supone un cambio enorme en horas, te llama muchísima gente, gente que quiere llevar tu carrera, gente que quiere que estés en festivales y que quiere contar contigo».

Esther Merino lo había intentado con anterioridad y el año pasado se quedó rozando la Lámpara. Para que un año después la haya conseguido han sido necesarios «muchos meses de estudio», preparando la voz, sobre todo los cantes mineros. Pero lo que más le ha servido ha sido que «la experiencia y la tranquilidad que he tenido este año no las he tenido antes, este año disfruté y no concursé». Tal ha sido el revulsivo del premio que le ha supuesto un cambio en su vida laboral. Esther Merino trabajaba en Clideba en quirófanos como auxiliar de enfermería, un empleo que ha dejado aparcado para dedicarse completamente al flamenco», porque «no puedo perder esta oportunidad».

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