La Crónica de Badajoz

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Los murales que el artista creó en una antigua capilla ahora en ruinas se han recolocado en el pórtico de la iglesia de Valdebótoa

Los mosaicos de Silveira se salvan en una nueva ubicación

La plataforma ciudadana que ha luchado para rescatarlos no está conforme con el resultado

Los mosaicos de Guillermo Silveira, ya calzados en su nueva ubicación en la iglesia de Valdebótoa. SANTIAGO GARCIA VILLEGAS

Se han salvado y para la familia del pintor Guillermo Silveira (Segura de León 1922-Badajoz, 1987) es lo «fundamental». Los mosaicos de contenido religioso con los que el artista decoró en verano de 1967 los muros del porche de la antigua capilla escuela de las Casas Aisladas de Valdebótoa, un edificio en ruinas que corría el riesgo de derrumbarse y con ello perder para siempre estas obras, ya están recolocados en el pórtico de la iglesia de la pedanía, a falta de los últimos trabajos de restauración, que incluyen la recuperación de algunas piezas que se han desprendido durante el proceso.

Este logro ha sido posible gracias al empeño de una plataforma vecinal que surgió en Valdebótoa hace un año, que consiguió convencer a las administraciones para que actuasen, a las que incluso aportaron el proyecto sobre cómo debía llevarse a cabo el traslado. La capilla donde estaban es propiedad del Ayuntamiento de Badajoz, que dotó una partida y adjudicó la tarea a Al Senera Obras y Servicios por 28.700 euros. Los trabajos comenzaron a mediados de julio y están a punto de finalizar.

Así estaban los murales, en la capilla en ruinas.

Pero el resultado no convence a la plataforma ciudadana, según insiste su portavoz, Pablo Moreno, pues se ha cambiado la disposición de los murales. Moreno aduce que los vecinos querían que la pieza mayor compuesta por dos murales se cortase por la esquina para acoplarlos a los muros del pórtico, en lugar de mantener la posición del vértice original, lo que ha quitado «mucho espacio» a la nueva ubicación.Además, asegura que gracias a la plataforma se han situado dentro del porche y no en el exterior, como pretendía la empresa. Pero en el ayuntamiento aducen que la disposición final de los mosaicos responde al diseño original que ideó el artista, como marca la Carta de Atenas, que recoge las directrices de las rehabilitaciones. El proceso ha consistido en cortar los muros y trasladar completos los mosaicos en lugar de desmontarlos pieza a pieza. Al ser arrancados se han desprendido algunas partes de la cola de la estrella de Oriente.

Recreación de la disposición final que la plataforma vecinal defiende.

La familia de Silveira destaca que la intervención de la plataforma ciudadana «ha sido fundamental» para conseguir el traslado y también agradece la celeridad del ayuntamiento. Reconocen que ha habido «pequeños fallos», pero al mismo tiempo saben que «el trabajo no era fácil». Para Fernando Saavedra, yerno del artista, lo fundamental es que se han rescatado los murales «y lo que hay que hacer ahora es conservarlos e iluminarnos». Saavedra subraya que el traslado de estos murales «es muy importante porque además de salvar una obra de arte, el rescate se ha producido en el año de su centenario, una fecha importante, y son los únicos mosaicos que Guillermo Silveira realizó. Para la familia es un gran regalo». En su opinión, si el artista aún viviera estaría «contentísimo», porque «querría que su obra no se perdiera, como ha estado a punto, y colocarlos de una manera u otra es secundario».

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