Desde hace varios días los vecinos de Badajoz están conviviendo con un desagradable olor a estiércol. El motivo es el movimiento y la quema de purines que se está llevando a cabo en una explotación porcina de Portugal, no muy lejana a la capital pacense. Así lo explicó ayer el alcalde, Ignacio Gragera, a través de su cuenta de Twitter, respondiendo a las quejas de una usuaria por el olor «a cuadra» que había en Badajoz. 

No ha sido la única que se ha hecho esta pregunta desde el pasado lunes, cuando el ‘aroma’ a estiércol comenzó a expandirse por toda la ciudad. El hedor se respira prácticamente en todas las barriadas, aunque en función de la dirección del viento y la cercanía con la frontera se hace más o menos llevadero

«Es imposible abrir las ventanas, entra dentro de casa», se quejaba una vecina de la urbanización Jardines del Guadiana, donde el olor a purines ha llegado con intensidad. Esta circunstancia ha hecho que muchos ciudadanos piensen que procede de una explotación porcina del extrarradio de la ciudad y no del país vecino, como parece ser.

En zonas como Las Vaguadas, la noche del lunes fue cuando más se notó el mal olor, pero al día siguiente y ayer ya era «más llevadero», según comentaron algunos residentes de esta urbanización. También en el centro se ha hecho dueño del ambiente este hedor y cuando sopla el viento aumenta considerablemente. Este asunto ha centrado muchas de las conversaciones de quienes se sentaban en las terrazas de los bares y, en algunos casos, ha obligado a que desayunaran o comieran en el interior de los locales. «Es tan intenso que te entra por la boca y te quita hasta el apetito», decía la clienta de un establecimiento de hostelería del Casco Antiguo.

Pocas zonas de la ciudad se han librado de este ‘ambientador natural’, como Cerro Gordo, a siete kilómetros de casco urbano, donde los vecinos aseguran que, de momento, hasta ayer no había llegado.

Mientras continúe la quema de estiércol en Portugal, los pacenses tendrán que seguir soportando estos malos olores. No es la primera vez que ocurre, suele ser habitual. Otros años el abono de fincas del entorno de la ciudad ha causado el mismo problema y suscitado las mismas quejas. 

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil señaló que no ha tenido conocimiento de que el olor se deba a ninguna circunstancia especial, sino que entra dentro de lo común, porque en esta época del año se suele acumular para el abono de la tierra de cultivo. No obstante, recordó que no tiene ningún efecto nocivo para la salud.

Al cierre de esta edición había remitido bastante el nivel de intensidad del olor.