Un llamamiento al diálogo y la coordinación en favor de las personas que más lo necesitan y a no generar incertidumbres. Es a lo que apela el vicario general de la Archidiócesis y delegado diocesano de Cáritas, Francisco Maya, tras la polémica surgida sobre la ubicación del centro social de acogida temporal para personas sin hogar que el Ayuntamiento de Badajoz va a construir en El Progreso, a lo que se oponen los colectivos vecinales y sociales de los barrios al norte de las vías del tren y el grupo municipal socialista.

Sin embrago, la visión de Cáritas es radicalmente contraria. Quienes se oponen a su construcción en El Progreso alertan de que aumentará la marginalidad en la zona, en la que existen muchos puntos de venta y consumo de droga, lo que no beneficiará ni a los vecinos ni a los propios usuarios de este alojamiento temporal. Pero, Maya recuerda que ninguno de los dos centros para personas sin hogar que gestiona Cáritas en la ciudad -el de la calle Bravo Murillo, en el Casco Antiguo, y el Centro Hermano, en Huerta Rosales- han sido foco de conflicto en los barrios donde se ubican desde hace años. 

En este sentido, explicó que el trabajo que se realiza consiste en un proceso de integración de las personas, con una estructura, una metodología y unas normas y horarios que deben cumplir los usuarios. «Creo que desconocen el funcionamiento de nuestros centros y eso ha provocado un problema y una incertidumbre que no se debería de haber generado», lamentó Maya.

Asimismo, defendió que este centro social no solo no perjudicará a los vecinos, sino que la presencia continúa de Cáritas, además de la de los servicios sociales del ayuntamiento, implicaría incrementar el trabajo social en la zona, en la que ya se tiene experiencia de lo que supone el trabajo en común con la Comisión Comunitaria de Salud de El Progreso durante el confinamiento por la pandemia, cuando se instaló el albergue temporal en el polideportivo Las Palmeras. 

A ese «espíritu de coordinación» entre administraciones, entidades y colectivos es al que aboga por recurrir el delegado diocesano de Cáritas para «sumar y no dividir y buscar lo mejor para la gente excluida».

Necesidad

Maya señaló que este alojamiento temporal es una necesidad que tiene Badajoz desde hace muchos años y que a través de los fondos Edusi ha surgido la oportunidad para construirlo con 2 millones de euros. Este programa solo puede realizar inversiones en zonas concretas de la ciudad, entre ellas, los barrios al norte de las vías del tren. Entre las parcelas municipales disponibles, el ayuntamiento propuso la de El Progreso, «y nosotros (por Cáritas y la Junta de Extremadura» la vimos bien», afirmó. 

Francisco Maya recordó que cuando el proyecto se presentó a los vecinos, no hubo oposición, por lo que propone que haya una nueva reunión entre responsables del ayuntamiento y la Junta, Cáritas, los colectivos y el grupo municipal socialista para lograr el consenso. «Si hay división, salen perdiendo los pobres», advirtió. El ayuntamiento ya ha reiterado que el centro se hará, pese al rechazo vecinal.

Por su parte, la Junta de Extremadura, preguntada por la polémica por la ubicación del centro social en El Progreso, se desmarcó alegando que se trata de un proyecto municipal y que por lo tanto no corresponde a esta administración decidir sobre su emplazamiento. No obstante, fuentes de la Dirección General de Servicios Sociales, que financiará las plazas una vez funcione este recurso, reconoció que es una zona de la ciudad donde se tiene una buena experiencia de trabajo social en tras la labor realizada durante el confinamiento.