Casi un año después de que empezara su remodelación y tras haber pasado retrasos por la falta de materiales, la obra de la plaza de Los Alfereces de Badajoz está llegando a su culminación y, si no es esta semana será la siguiente, estará totalmente operativa. Ya está lista la pavimentación y el aglomerado de las calles de acceso, tan solo faltan instalar la sombra de la zona de juegos infantiles, la fuente, los pivotes de protección y los bancos y con ello se pondrá fin a una reforma que ha traído dolores de cabeza a los vecinos y comercios de la zona por lo que se ha alargado.

Esta céntrica plaza, un punto neurálgico de la ciudad, se ha transformado en plataforma única, por lo que la prioridad la tendrán los viandantes y los vehículos que pasen por allí tendrán que hacerlo con cuidado. Un punto importante en este sentido es que el acceso que había desde la avenida Miguel Celdrán se ha convertido en una calle peatonal y tan solo podrán pasar los vehículos que vayan a los garajes, de tal modo que solo se puede entrar a la plaza por la calle Fernando Castón desde la avenida Santa Marina. Las salidas que había anteriormente se mantienen, la de la calle República Argentina y la de la calle Fernando Castón hacía la calle Díaz Brito, la cual ahora es de doble sentido hasta la calle Adelardo Covarsí.

Los operarios trabajando en la rampa del aparcamiento subterráneo. SANTIAGO GARCIA VILLEGAS

Propietarios de establecimientos, trabajadores y vecinos de la zona coinciden en que las obras se han extendido demasiado tiempo. Comenzaron a finales del mes de agosto del pasado año y el plazo de ejecución inicialmente era de ocho meses, pero los problemas con los suministros en el mes de marzo hicieron que se prorrogara el plazo. Sin embargo la mayoría también concuerdan en que la plaza va a quedar mejor y repercutirá positivamente en el ambiente y en los locales.

Nicolás Núñez, propietario del centro de podología LáserClipie, comentó que en un principio estaba un poco asustado porque creía que les iba a perjudicar si no pasaban coches por allí, pero al poder hacerlo cree les beneficiará al haber más transito de personas. A su juicio le gustan lo acabados de los nuevos elementos de la plaza y ya se nota mucha vida por allí, por lo que es agradable pasear. De lo que se ha quejado es que nadie les ha informado ni a él ni a los bares de alrededor de las actuaciones. 

Por su parte, el propietario del Viejo Bar, Juan Carlos Boraita, no está muy contento con los árboles de su esquina y considera que dentro de poco tiempo las raíces levantarán el suelo. Así, afirmó que deberían haber puesto otro tipo de árboles como unos naranjos. También fue muy crítico con el momento en el que se ha llevado a cabo la obra después de dos años de pandemia, demasiado tiempo en el que los negocios han estado asfixiados.

José Manuel Becerra, trabajador del restaurante Lo Nuestro, expresó que esta remodelación les va a venir bien porque pueden ampliar la terraza de una forma más cómoda y entre la gente parece que tiene aceptación. En este sentido, se mostró contento con el resultado y manifestó que, tanto en las mesas como en la calle, ya se ve más ambientado, aunque no está terminado.

Para Inma Gañán, vecina, es genial que un sitio tan céntrico que lo puedan disfrutar familias enteras y que no haya problemas de colapso en la circulación o en los aparcamientos, pero tampoco le parecía mal como estaba antes organizada la plaza. En cuanto a los meses de obras consideró que han sido horribles pero ha sido bueno sobre todo para arreglar el pavimento, que estaba muy levantado y en malas condiciones.

Fátima Gómez opinó que tener una zona peatonal es mejor para la seguridad de los niños, así como más cómodo para los padres que podrán estar vigilándolos desde los veladores sin miedo de que puedan atropellarlos.

Con esta reforma, se han retirado los aparcamientos inteligentes que se habían instalado en 2018.