Tres años y medio de prisión. Es la pena a la que la Audiencia Provincial de Badajoz ha condenado a uno de los dos acusados de un delito de tentativa de homicidio por asestar tres puñaladas a otro varón en el transcurso de una pelea ocurrida el 2 de abril de 2021 en el portal de un edificio de Suerte de Saavedra. El inculpado, que permanece en prisión provisional desde que fue detenido tras los hechos, se enfrentaba a una petición de cárcel de 8 años y medio que, tras llegar a un acuerdo con la fiscalía, se ha reducido a menos de la mitad. El joven, de cuya defensa se ha encargado Miguel Ángel Trigo, ha reconocido su participación en los hechos y, a la vista de que el ministerio público no diferenciaba en el grado de implicación de cada uno de los inculpados, ha considerado que la conformidad era lo mejor para su cliente. 

El otro procesado, representado por José Luis Díaz, no aceptado el acuerdo propuesto por el ministerio público, pues mantiene que no tuvo participación alguna en la agresión a la víctima. Su juicio ha quedado visto para sentencia. Se enfrenta a una condena de 8 años y medios de prisión por tentativa de homicidio y a otros dos por tráfico de drogas. La defensa, por su parte, pide su absolución porque no existen elementos de prueba para condenar a una persona «por algo que dice que no ha hecho».

La fiscalía, sin embargo, considera que hay un «bloque probatorio sólido», que acredita que los dos acusados, que se culpan mutuamente de haber asestado las puñaladas al perjudicado, son los responsables de las graves lesiones por arma blanca que sufrió, que le hubieran causado la muerte si no llega a recibir asistencia médica, según ha acreditado el forense ante la sala. 

Además, el ministerio público cree «verosímil y espontánea» la declaración de la víctima, que ha mantenido su testimonio desde el principio y es «prueba de cargo suficiente». El varón agredido, en su declaración ante los magistrados, ha contado que acudió a casa de uno de los inculpados a comprar hachís. En el domicilio se encontraban la pareja de este último y el otro procesado ya condenado. Los tres se percataron de que les faltaba un cartón de tabaco y culparon al perjudicado de habérselo llevado, por lo que este volvió a la vivienda.

 Según relató, cuando subía las escaleras del portal se encontró con los dos acusados en actitud beligerante. El ya condenado le apuntaba con la escopeta y el otro permanecía a su lado. Se inició entonces un forcejeo entre los tres. «En un momento me di cuenta de que se fueron corriendo cada uno por su lado y yo estaba sangrando». La víctima ha asegurado una y otra vez que no sabe cuál de los dos le «pinchó». 

Tras ser herido, fue trasladado por unos amigos al Hospital Universitario, «con las vísceras prácticamente fuera». 

Sin embargo, esta versión dista mucho del acusado que defiende su inocencia, quien ha asegurado que la pelea se produjo entre el otro procesado y la víctima y que el ni siquiera fue testigo porque estaba en su domicilio. Solo cuando su mujer lo avisó de que estaba pasando algo, bajó al portal y vio la sangre. Además, negó traficar con droga. 

Los policías que intervinieron tras los hechos, reconocieron que fue difícil obtener el testimonio de los posibles testigos, que tenían temor a represalias. La mujer de la víctima fue la única que señaló al hombre ya condenado como el autor de las puñaladas, aunque su entorno hablaba en plural cuando se refería a los presuntos responsables de la agresión. 

La defensa del joven juzgado considera que el testimonio de la víctima que, según ha asegurado, sí ha cambiado, pues inicialmente testificó que la escopeta la tenía su cliente (el arma nunca fue encontrada), no es sólido y que no admite que el condenado fue el autor material del apuñalamiento porque debe ser indemnizado y su cliente es «el único solvente». La cantidad impuesta en concepto de responsabilidad civil es de 25.000 euros.