La Policía Nacional de Badajoz ha detenido a un hombre de 45 años por prender fuego a la carcasa de la cámara de videovigilancia ubicada en la esquina entre las calles San Lorenzo y El Brocense, en el Casco Antiguo. El ataque al dispositivo, como ya informó este diario, tuvo lugar el pasado 16 de mayo por la noche, cuando el presunto autor provocó daños en el aparato, pese a lo que siguió en funcionamiento. procedieron la tarde del pasado 03 de junio a la detención de un hombre por su presunta autoría de un delito de daños.

El responsable de la empresa encargada de la instalación de las cámaras cifró en 3.407 euros los daños causados y denunció los hechos ante la comisaría. De la investigación se hizo cargo el grupo de Delitos Patrimoniales de la brigada provincial de policía judicial de Badajoz, que en colaboración de la Policía Local, identificaron "sin ningún género de duda" al autor de los destrozos, una persona sobradamente conocida por los agentes por ser consumidor habitual de sustancias estupefacientes, tras visionar la grabación de la propia cámara. El acusado fue arrestado el pasado 3 de junio.

Pese a que el hombre trató de ocultar su rostro con un pañuelo, dejó al descubierto sus ojos y nariz, lo que fue suficiente para que la policía le pusiese nombre. El detenido cuenta con numerosas antecedentes policiales por todo tipo de delitos, la mayoría contra el patrimonio. Del caso ya se ha dado traslado a la autoridad judicial.

Este era el cuarto ataque que sufría una de las cámaras de videovigilancia del Casco Antiguo, que incluso fueron dañadas antes de que se pusieran en funcionamiento el pasado 21 de abril. La Policía Nacional ya detuvo a principios de mayo a otro varón de 56 años por dañar el dispositivo situado entre las calles Sepúlveda y Amparo utilizando un martillo para golpearla.

La concejala de Policía Local, María José Solana, señaló a este diario que estos ataques demostraban que las cámaras estaban cumpliendo su misión. En este sentido, apuntó que detrás de los destrozos no solo están las personas que los cometen, sino presuntos traficantes de droga de la zona, a los que les incomodan para desarrollar de manera impune su actividad ilícita. La concejala advirtió entonces que por muchos ataques que sufran estos dispositivos no se van a retirar, sino que la intención del Ayuntamiento de Badajoz es ampliar su número en el futuro para tener más cobertura en el Casco Antiguo.