La imagen de San Isidro ha vuelto a salir en procesión este domingo por el entorno de su ermita, en la dehesa de Tres Arroyos, tras dos años. La romería, ya sin restricciones, ha podido celebrarse como manda la tradición, pues en 2021 solo fue posible oficiar la misa. Pese a que las limitaciones por la covid han desaparecido, la fiesta en honor al patrón de los labradores ha congregado a menos público que antes de la pandemia.

No ha habido problemas para aparcar el coche, ni colas en el puesto de recuerdos de la hermandad, ni tampoco en las casetas, que se fueron llenando poco a poco pero sin aglomeraciones. En el atrio de la ermita apenas se han reunido varias decenas de fieles durante la misa, que ha estado presidida por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, y concelebrada por el delegado episcopal de hermandades y Cofradías, Pedro Fernández Amo, y el párroco de Suerte de Saavedra, Antonio León. La música y el baile han corrido a cargo del grupo de Coros y Danzas de Badajoz. 

El arzobispo, Celso Morga, ha presidido la eucaristía en honor al patrón de los labradores. Andrés Rodríguez

Este año, la festividad coincide con el Año Santo de San Isidro y el cuarto centenario de su canonización, una fecha que el hermano mayor, Rafael Crespo ha destacado al inicio de la eucaristía. Al finalizar la misa y tras la bendición de los tradicionales ramilletes de espigas, la imagen, portada en parihuela, ha salido en procesión, precedida por los miembros de los coros y danzas y varios jinetes. A los actos religiosos han asistido el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, el primer teniente de alcalde, Antonio Cavacasillas, junto a otros concejales del PP, además de representantes de las cofradías pacenses.

«Es una pena que las fiestas tradicionales se pierdan», ha lamentado Isabel Aguilar, de 84 años, quien asegura que no ha faltado ni a la romería de San Isidro ni a la de Bótoa desde que llegó a Badajoz en 1953. «Venía con mis cuatro hijos y no se cabía, tenías que venir la noche antes a coger un sitio», ha recordado

Este domingo ha habido espacio de sobre en Tres Arroyos. Han sido pocos los que se animaron a llevar la comida de casa para pasar una jornada campera y el público se ha decantado por reponer fuerzas en las dos casetas instaladas. 

Los romeros en una de las dos casetas que se han instalado. Andrés Rodríguez

Ana María Rojas procede de Cádiz. Es la primera vez que ha acudido a la romería de San Isidro junto a su marido, Martín Torres, de Salvatierra de los Barros. Su amigo José Hernández lamenta que se haya estrenado como romera en un año «de bajón». «Esperemos que en el futuro se vuelva a animar». En eso confía también la hermandad de San Isidro, que hace un llamamiento a los ciudadanos para que se incorporen como hermanos y poder rendir al patrón de los labradores los honores que merece.