El Ayuntamiento de Badajoz celebró ayer una Junta de Gobierno Local extraordinaria (en la convocatoria ordinaria no estaban aún listos los expedientes) para autorizar los servicios extraordinarios de la Policía Local de Badajoz de este fin de semana: 12 para la Copa de España de Ciclismo Adaptado - prevista para hoy y que se tuvo que suspender por no poder contar con suficiente refuerzo policial- y otros 8 para el partido de este domingo entre el CD Badajoz y el Celta de Vigo B - al que no aceptan acudir agentes fuera de turno-. 

Este trámite «importante», según dijo ayer el alcalde, Ignacio Gragera, pues lo considera el punto de partida para desbloquear el conflicto que el ayuntamiento mantiene con la policía local por el impago de los servicios extraordinarios, no es suficiente para los agentes, que se mantienen firmes y aseguran que no realizarán horas extras hasta que el dinero que se les debe (56.000 euros) sea abonado. No les basta esto, ni tampoco que el lunes se autorice el resto del calendario de servicios extraordinarios para todo el 2022. Ni siquiera que el martes se lleve a pleno la modificación presupuestaria que permitirá incluir en las cuentas de este año una partida de 138.000 euros para cubrir los atrasos y las horas extra de la plantilla hasta el próximo 31 de diciembre.

El sindicato Aspolobba no acepta la palabra del alcalde como garantía, quiere hechos, porque, según su presidente, Manuel Manzano, ya han sido víctimas de promesas incumplidas. Si no llega a tiempo el pago de los servicios extraordinarios, no habrá refuerzo policial en fiestas próximas como Los Palomos o la feria de san Juan -estiman que como muy pronto hasta finales de junio no cobrarán-. Con una salvedad, que se haga efectivo el primer tramo (30%) de la equiparación salarial con la Policía nacional y la Guardia Civil acordado por los sindicatos y el ayuntamiento en marzo de este año. 

Aspolobba tensa la cuerda y a Gragera no le gusta. Aunque prudente en sus formas, afeó al sindicato que utilice «una situación de tensión» para lograr reivindicaciones «que nada tienen que ver» con los impagos por las horas extra. Este último es el problema para el que urgían solución, pero, cuando el ayuntamiento ha comenzado a dar los pasos para poner remedio, según reprochó, aprovechan para reclamar la equiparación salarial, que se acordó que se haría de manera gradual a partir de 2022. «Todavía quedan muchos meses para que acabe el año», recordó el alcalde.

En este sentido, pidió a la policía local «serenidad y calma» y apeló a su responsabilidad y vocación de servicio público. «A pesar de estas manifestaciones confío en llegar a un acuerdo (para que se retomen los servicios extraordinarios)», afirmó Gragera, quien se mostró convencido de que el conflicto se podrá desbloquear mediante el diálogo entre las partes. Por eso, según dijo, no se plantea otras alternativas para poder garantizar la celebración de las próximas fiestas, pues cree que el entendimiento es posible. «Nosotros ponemos el dinero y la predisposición, pero obviamente son los agentes los que tienen que acudir a esa llamada de servicios extraordinarios, por supuesto cobrando, que es su derecho», señaló.

«Que cumplan lo firmado y entonces podrán apelar a la buena voluntad de los agentes para que vuelvan a hacer servicios extraordinarios», insistió el presidente de Aspolobba, quien lamentó que hasta ahora lo único que ha puesto el ayuntamiento para avanzar en el pago de las horas extra «son trabas». Manzano criticó que a otros empleados municipales se les hayan abonado «casi al día siguiente» de haber hecho el trabajo, mientras que los policías locales llevan desde septiembre de 2021 sin cobrarlas.