Tras dos años sin romería, los devotos de la Virgen de Bótoa se han reencontrado este domingo con la copatrona de Badajoz en su día grande. Miles de romeros se han desplazado hasta la ermita y su entorno para pasar la jornada. Muchas familias han elegido la sombra de una de las encinas de la dehesa para disfrutar del día festivo: sillas y mesas plegables y barbacoas se repartían por la finca cercana a la ermita, en la que algunos incluso pasaron la noche en tiendas de campaña.

A pesar de la «competencia» al coincidir con un puente, la Feria de Sevilla, el campeonato de motos de Jerez de la Frontera o la Feria del Queso de Trujillo, el hermano mayor de la Hermandad de la Virgen de Bótoa, Gonzalo Robles, se ha mostrado «satisfecho» con la afluencia de romeros, que si no tan masiva como antaño, sí ha demostrado que la tradición de acompañar a la copatrona el primer domingo de mayo se mantiene viva.

«Hace dos años que no podíamos acompañar a la Virgen este día y estamos muy contentos. Es una alegría poder volver a revivir las tradiciones. Nos hemos criado viniendo a la romería y, aunque ya no es lo que era , nosotros seguiremos estando mientras podamos», contaba Pedro Martínez, que acudió hasta la ermita junto a su mujer, sus hijos y sus nietos. Tampoco quiso faltar Encarna Gómez a la celebración. «A nosotros nos gusta pasar el día entero aquí. Hemos traído comida y vamos a disfrutar del domingo entre las encinas y en familia», comentaba.  

Una familia disfruta de la jornada junto a una encina de la dehesa. Andres Rodríguez

Los actos religiosos comenzaron a las 9.30 horas, con la primera eucaristía, a la que ha seguido otra una hora después. A la Misa Mayor, que se ha oficiado al aire libre, han asistido el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, así como los portavoces de los grupos municipal del PP y PSOE, Antonio Cavacasillas y Ricardo Cabezas, y el concejal no adscrito, Alejandro Vélez, además de otros miembros de la corporación, autoridades militares y representantes de otras hermandades . 

La Virgen, vestida con un manto azul cielo y su característico sombrero con flores silvestres, ha sido portada en parihuela hasta la encina de las apariciones. El camino de ida se ha realizado por la carretera, con numerosos fieles apostados a ambos lados a su paso. La vuelta ha sido por el camino de tierra. La comitiva de la procesión la han encabezado más de una veintena de caballistas, seguidos por las lavanderas, que han ido cantando a la copatrona durante todo el recorrido. Un año más, la imagen se ha detenido en la puerta de la residencia de ancianos Lisardo Sánchez para que sus usuarios pudieran verla.

Un grupo de caballistas en el entorno de la ermita de Bótoa. Andres Rodríguez

Este año, como novedad, Manuel Torrado, devoto de la Virgen, le ha dedicado unos fandangos que él mismo ha compuesto, antes de que los grupos de Coros y Danzas de Badajoz bailaran ante la imagen en su regreso a la ermita.

Después se ha celebrado la tradicional subasta del rosario y el ramo de flores, dirigida por Emilio González Barroso. La puja del primero ha estado reñida y ha alcanzado una cifra récord: 2.300 euros. Se lo ha quedado la familia Alfaro, que pertenece a la hermandad de Bótoa. El ramo que iba en el paso se ha adjudicado por 1.500 euros al alcalde de Valdebótoa, Francisco José Elías.

«La Virgen nos ha echado una mano», afirmaba el hermano mayor. Los dos años sin romería, su principal fuente de ingresos, ha dejado la ‘caja’ de la hermandad muy mermada. En este sentido, animan a los pacenses a hacerse hermanos y colaborar al sostenimiento del santuario con sus cuotas.

El grupo infantil de los Coros y Danzas de Badajoz baila el Fandango Oliventino ante la Virgen de Bótoa.

El grupo infantil de los Coros y Danzas de Badajoz baila el Fandango Oliventino ante la Virgen de Bótoa. El Periódico