«Llegamos a la 1, mi hijo se pone muy nervioso cuando hay mucha gente y las citas iban con retraso. Para más inri, están haciendo una obra en una escalera con una radial, con todo el ruido, que le agobia y le puede provocar una crisis». La denuncia es de Fernando Rodríguez, padre de Mario, un niño que tiene trastorno del espectro autista y estaba citado este miércoles para neuropediatría en el Hospital Materno Infantil de Badajoz.

«Aunque mi hijo tiene prioridad para pasar, dio la casualidad que todos la tenían, la auxiliar no sabe lo que le pasa a cada niño y todos lo hemos padecido», narra. A los quince minutos de estar en el lugar, y dada la hora de retraso, Fernando tuvo que salir con su hijo afuera y vigilar cuándo les tocaba para evitarle un colapso: «Además del daño que provoca, puede tardar en pasársele horas y hubiera influido en el juicio del neuropediatra que lo iba a ver», detalla. Así las cosas, en cierto punto Mario «empezó a golpear una valla y la gente que estaba allí le animaba. Había otros tres niños tirados en el suelo, una situación surrealista», denuncia Rodríguez. Este padre pide más recursos para que estas situaciones no se repitan. «Allí había más niños problemáticos, en un espacio muy reducido. La médica me dijo que si poníamos una queja le llegaría a ella. Total, que no pueden hacer nada. Que somos números y nadie piensa en nosotros», lamenta.

Preguntado por este asunto, el SES afirma que las obras finalizaron justo este jueves y que «siempre se intenta que causen la menor molestia tanto a profesionales como a pacientes».