Antes de las siete de la tarde estaba el aforo permitido al completo. La ‘fiesta de la primavera’ ha congregado este jueves en el auditorio del recinto ferial de Badajoz a unos 5.000 jóvenes para celebrar la llegada de las vacaciones de Semana Santa. Tras dos años sin esta tradicional cita en el calendario por la pandemia, la afluencia se preveía multitudinaria, como así está siendo. Poco después de las cinco de la tarde ha comenzado a sonar la música, a cargo de un plantel de djs procedentes de distintos puntos de España y con muchos fans entre el público joven.

El botellón en el interior del auditorio está permitido, no así en el exterior, pues se mantiene vigente el decreto de alcaldía que lo prohíbe desde el inicio de la pandemia.

A la entrada se han dispuesto vallas antivandálicas para evitar aglomeraciones. El auditorio tiene capacidad para unas 10.000 personas, pero el aforo está limitado a la mitad por la situación sanitaria. La organización ha establecido un protocolo anticovid y todos los trabajadores deben llevar mascarillas, no así los asistentes, para los que no es obligatoria. 

La ‘fiesta de la primavera’, que también se celebra de manera simultánea en otras muchas ciudades de España, ha estado en el aire hasta casi el último momento. La organización no ha obtenido la autorización municipal para celebrar la fiesta hasta pocas horas antes de que diera comienzo, pese a que la cesión del recinto y los trámites se habían solicitado con bastantes meses de antelación. Tras subsanar el informe de autoprotección, se le ha dado el visto bueno para la apertura de las puertas. El permiso es hasta las cuatro de la madrugada.

Sin embargo, el sindicato Aspolobba ha denunciado que esta celebración no cuenta con la autorización de la Policía Local de Badajoz, que ha emitido un informe desfavorable. El motivo, según su presidente, Manuel Manzano, es la falta de agentes, ya que, «ante los impagos de las horas extras que se acumulan desde septiembre de 2021», no se han incorporado efectivos a los servicios extraordinarios (de carácter voluntario), con lo que «no se puede garantizar la seguridad del evento». «No hay un dispositivo específico para esta fiesta. Es una temeridad», ha advertido.

La organización cuenta con seguridad privada y a la zona se han trasladado patrullas de Policía Nacional y agentes de la policía local de los turnos ordinarios del servicios. Este diario ha preguntado al ayuntamiento por la denuncia de Aspolobba, pero no ha obtenido respuesta.