A Loli Regalado Rodríguez le gustaba de pequeña coser los vestidos de sus muñecas. «Me encantaba», recuerda, y de mayor retomó su afición. Comenzó a confeccionar una colección personal de muñecas de trapo y se entusiasmó. «Hacía una muñeca y me gustaba, hacía otra y me gustaba más y al final, cuando ya he tenido toda la colección, he decidido exponerla al público». El resultado se ha podido disfrutar durante la 27 edición de la Feria del Mueble y la Decoración que se ha celebrado en Ifeba, donde han estado expuestas 56 de sus muñecas.

Son las que son: maravillosas, glamurosas, llenas de estilo y de detalles. Pero ya su autora no va a fabricar más. «Me dolían muchísimo las manos, los dedos, tienen mucho trabajo, el relleno, el pelo». Están en venta, pero si no, se las quedará para ella. 

La forma de sus muñecas es muy peculiar y característica. La mayoría son estilizadas, de piernas largas, como Barbies de trapo, con vestidos distintos y únicos, todos diseñados por Loli Regalado. «Cada una tiene el pelo diferente, su bisutería, las carteritas de fiesta, los zapatitos, todo pensado tranquilamente, cada una con sus detalles».

Loli nunca se ha dedicado profesionalmente a la costura, pero reconoce que siempre ha tenido «una habilidad innata para confeccionar prendas de vestir y de ahí me viene vestir a las muñecas de esta manera tan personal». No sabe calcular cuánto tiempo invertía en cada una, pues como era un hobby, le dedicaba el que tenía libre. En algunas una semana, en otras un día y puede que hasta un mes. «Necesitas media mercería para hacer esto: un centímetro de puntillita, tres bolitas, muchos detalles, trabajo y material alrededor». Sus muñecas son sus «niñas», porque «están hechas con mucho amor y cariño» y asegura que no tiene ninguna preferida. «Me gustan todas», afirma. A los demás, seguro que también.