Hoy viernes iba a abrir sus puertas el pub Brahma en los altos de los locales de la Urbanización Guadiana de Badajoz, pero alguien lo ha impedido porque ha destrozado todo el interior e incluso ha prendido fuego al mobiliario, que ha quedado totalmente inservible.

Los hechos ocurrieron la madrugada del miércoles y quien lo hizo no escatimó en daños. A la mañana siguiente, sobre las 9.00 horas, los promotores del negocio habían quedado para ultimar detalles, cuenta David Vega, uno de los socios. Al llegar ya vieron que algo había ocurrido porque la cerradura de local estaba en el suelo. Al entrar no podían creer lo que estaban viendo. Los sillones estaban quemados, así como los taburetes, todas las cachimbas rotas y las mesas, estanterías y aparatos de aire, el equipo de música, la cristalera, los vinilos que se habían colocado el día anterior, destrozados. Todo perdido. «Los que lo han hecho, se han recreado», cuenta un hostelero cercano tras comprobar lo sucedido. En su opinión, el que entró en el local pudo estar varias horas dentro para impedir que el negocio pudiese abrir cuando estaba previsto. Si ese era su propósito, lo ha conseguido. La Policía Científica ya ha realizado una inspección para tratar de despejar la autoría. En estos pasajes existen cámaras de videovigilancia.

Los afectados saben que es alguien cercano de la competencia. Quien entró solo quería hacer daño, porque no se llevó nada. De hecho, otro hostelero ha confirmado a este diario que las rejas que dan acceso desde el exterior al pasaje no estaban forzadas, con lo cual, tuvo que abrirlas alguien que tiene llave. Quien lo hizo no quería provocar un incendio incontrolado, sino que fue quemando poco a poco cada mueble, cada objeto, hasta dejarlos inservibles sin llamar la atención. Desde fuera no es perceptible que hubiese fuego dentro.

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«Lo que han querido es fastidiarnos la apertura», recalca David Vega, que tiene más negocios de copas. Este empresario no se rinde ni se va a dejar amedrentar. A pesar de los destrozos, que son cuantiosos y pueden superar los 35.000 euros, están decididos a volver a poner el local en uso y abrir cuanto antes. «No le vamos a dar el gusto a quien nos ha hecho esto», remarca. Ayer por la tarde habían quedado con los propietarios para interponer la denuncia, aunque ya se temen que quien cometió esta fechoría ocultaría su rostro para que las cámaras no lo identifiquen. «Se han pasado de rosca».

El mobiliario está calcinado. LA CRÓNICA DE BADAJOZ