La Semana Santa vuelve a celebrarse en Badajoz con normalidad y lo hará, además, por todo lo alto: con una procesión Magna que duplicará la participación que tuvo la última vez que se llevó a cabo, en 2017. Más de 3.000 personas desfilarán en este cortejo compuesto por 12 pasos. Junto al resto de procesiones, se llegará a una participación de más de 10.000 personas. Se mantendrá la carrera oficial ampliada que se implantó en 2019 y por la cual se pasó de 400 a 850 sillas.

El presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, Cayetano Barriga, aseguró ayer en la rueda de prensa de presentación del calendario de actividades que «hay muchísimas ganas de celebrarlo en la calle, lo hemos comprobado tanto en el ensayos de costaleros como en los preparativos de las hermandades». Aunque las agrupaciones todavía no están repartiendo los hábitos, Barriga manifiesta que, según los hermanos mayores, hay mucha gente interesándose ya por los desfiles procesionales. 

Los cofrades volverán a depender solo de la climatología para devolver sus imágenes a la calle, pues, como explicó Barriga, se ha planificado «una Semana Santa normal con la idea de sacar los pasos en las mismas circunstancias que hemos vivido hasta 2019, sin ninguna novedad».

El alcalde, Ignacio Gragera, mostró satisfacción por retomar la Semana Santa tras la pandemia, pero aclaró que, si bien la celebración se acerca mucho a la normalidad, todavía no lo hace plenamente, pues el virus sigue presente. Como ya informó este periódico, todos los costaleros y capataces se someterán a diario, cada vez que procesionen, a test de antígenos (se han adquirido unos 4.100), y a todos se les exigirá la pauta completa de vacunación.

No habrá exigencias especiales respecto al público más allá de las restricciones sanitarias existentes en el momento. Barriga, sin embargo, se muestra optimista respecto a la responsabilidad de los pacenses: «Hemos tenido hace poco una celebración multitudinaria en Badajoz como es el Carnaval y ha salido todo muy bien, así que entendemos que la Semana Santa será exactamente igual. La gente es bastante respetuosa y seguro que mantendrá la distancia que estimen oportuna y utilizará las media de prevención que estén vigentes en ese momento».

El presidente de la Agrupación de Hermandades anunció también la intención de las cofradías de tener un gesto con Ucrania, pero no quiso revelar más detalles a falta de concretarlos en el pleno que tendrá lugar el próximo martes.

Relevancia histórica

El arzobispo Celso Morga se mostró muy contento de volver a pensar en una Semana Santa sin apenas condicionantes epidemiológicos. Al igual que la pregonera Leonor Celdrán, resaltó la relevancia histórica de esta celebración como una forma de marcar «el ser profundo de nuestra querida ciudad de Badajoz».

En esa misma línea se pronunció también el alcalde, que será la primera vez que viva la Semana Santa de su ciudad como representante público y político: «Es una tradición que hay que defender y seguir fomentando porque al final no dejan de ser nuestros orígenes y, por tanto, también nuestro presente y seguro que también nuestro futuro».

Respecto a ese futuro se pronunció también Gragera, anhelando que la festividad pueda ser declarada próximamente de Interés Turístico Internacional. «Esto es un proceso largo, no hay que engañarse, pero tenemos y queremos hacerlo porque la Semana Santa de Badajoz lo merece, quien nos visita sabe que es digna de esa mención», afirmó ayer.

En su momento se encomendó a una empresa la gestión del expediente necesario para lograr la declaración, pero esta no pudo realizar el encargo, por lo que, tras resolver el contrato, el ayuntamiento se encuentra ahora iniciando de nuevo la tramitación de dicho expediente. «Sería darle un reconocimiento oficial a algo que ya oficiosamente tiene, que es la capacidad de atraer a muchas personas», concluyó el alcalde.