Por primera vez un alcalde de Badajoz recibirá a una representación de la comunidad de propietarios de la barriada de Tulio, que llevan años reclamando al ayuntamiento que mejore sus condiciones de vida. La reunión con Ignacio Gragera tendrá lugar esta mañana en el ayuntamiento y le trasladarán lo que el actual alcalde ya sabe de primera mano, pues visitó este núcleo de población situado entre la carretera de Sevilla y el Cerro de Reyes antes de asumir la alcaldía. Los vecinos no están muy esperanzados con lo que pueda resultar de este encuentro, pero no por ello van a dejar de intentarlo. «Solo pedimos vivir dignamente», resumía ayer el presidente de la asociación vecinal, Antonio Rosario.

En la barriada de Tulio, también conocida como Fuente Caballero, viven 60 familias. Las primeras viviendas se empezaron a construir hace 30 años. Sus calles están sin asfaltar, no tienen aceras, tampoco alumbrado público y hasta hace poco tiempo no aparecían en el callejero, con lo cual sus vecinos no podían empadronarse en el lugar donde residen. El único servicio público que tienen es la recogida de basura y enseres. Ni siquiera reciben su correspondencia. Pero ninguna de estas deficiencias es para ellos prioritaria, pues tienen otras más acuciantes, como son carecer de agua potable corriente y red de saneamiento. Sus aguas fecales van a fosas sépticas y para el abastecimiento tienen un pozo comunitario, pero este agua no solo no es potable (para beber la compran embotellada) sino que es insalubre, como han puesto de manifiesto los sucesivos análisis que han realizado. El último, a principios de año, ha revelado que la situación incluso ha empeorado. Ya ni siquiera es recomendable que la usen para ducharse o lavar los platos. El representante vecinal explica que si el pozo no se ha cerrado es porque se encuentra en una propiedad privada. Parece mentira que semejante situación de abandono perviva en Badajoz y no encuentren remedio.

El origen de su problema y de que no se halle solución es urbanístico. El ayuntamiento aduce que estas viviendas se asientan sobre suelo urbano no consolidado de titularidad privada. Ese «no» es el obstáculo, recalca Rosario. Para pasar a suelo urbano necesitarían un programa de ejecución, con un proyecto de urbanización y de reparcelación con cesiones de los viales. Al ser una actuación privada, la financiación no puede proceder de fondos municipales. Eso es lo que han venido defendiendo los sucesivos concejales de Urbanismo, también el de ahora, de Ciudadanos, Carlos Urueña. En La Banasta y en Cerro de San Miguel se hizo, pero fue con fondos europeos de cohesión para urbanizar barriadas marginales. Ahora en Tulio tienen la esperanza de que se pudiese conseguir algo semejante con los fondos de recuperación que le corresponden a Extremadura. En este lugar no admiten que comparen su situación con la de otras urbanizaciones privadas, pues en este barrio solo hay primeras viviendas, donde viven todo el año.

Los vecinos solicitaron la entrevista con el alcalde en septiembre. Como no recibían respuesta insistieron, los llamaron y acordaron la cita para hoy. «Este es el primer alcalde que va a recibirnos», señala Rosario, quien señala que los anteriores siempre han delegado en sus concejales para hablar con estos vecinos, cuando lo han hecho. También valora que antes de ser alcalde Gragera visitase el barrio. «Sabe lo que hay porque ha estado paseando con nosotros y dijo que era una situación tercermundista, no daba crédito a lo que estaba viendo». Rosario espera que en la reunión estén el concejal de Urbanismo y la de Aguas, María José Solana, además del de Servicios Sociales, Antonio Cavacasillas. Los vecinos irán acompañados de José Manuel Núñez, presidente de la asociación de defensa de consumidores Facua Extremadura.

«Habrá que buscar una solución definitiva a este problema, no podemos estar otros 30 ni 20 ni 10 años más», lamenta Rosario, que en tantos años de lucha solo ha recibido «negativas».