Se presumía que estaban bajo tierra, pero había que encontrarlos. El seguimiento arqueológico que se lleva a cabo de las demoliciones y movimientos de tierra en la calle Stadium ha dado sus primeros frutos pues se ha documentado una pequeña parte del revellín que protegía el muro cortina que unía los dos bastiones, así como la pared de la plaza de armas más próxima al baluarte de San Roque. Además, han aparecido dos balas de cañón que estaban abandonadas en una de las habitaciones de las antiguas instalaciones deportivas del Casco Antiguo y que no tienen contexto arqueológico, según la información facilitada por el concejal del Gabinete de Proyectos, Jaime Mejías.
Un revellín es una fortificación triangular, en este caso de tierra apisonada, que se situaba delante del muro cortina con el fin de dividir al atacante y evitar un asalto directo a la muralla que unía los baluartes. El revellín se rodeaba del foso que protegía todo el sistema y en este último también se erigían las plazas de armas, desde donde se organizaba la tropa y se conducía parte de la defensa.
Las demoliciones que se están realizando en la calle Stadium forman parte del proyecto del corredor que acomete el Ayuntamiento de Badajoz con fondos de la estrategia Dusi, que pretende crear un anillo verde en torno a las fortificaciones abaluartadas, de manera que se recuperarán las cotas originales del sistema defensivo. Tras concluir los trabajos preliminares, desde mediados de febrero la empresa adjudicataria del proyecto, Ferrovial, está llevando a cabo las demoliciones previstas. Las obras se desarrollan entre los baluartes de San Roque (el que envuelve al Palacio de Congresos) y el de Santa María. Los progresos son apreciables pues ya se ha derribado todo el muro perimetral de las antiguas instalaciones deportivas, lo que ha permitido destapar la cortina entre los dos baluartes. El solar se ha peritado de forma previa y mientras duren las demoliciones y los movimientos de tierra es objeto de un seguimiento arqueológico intensivo.
