Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz ha recaudado en una semana 49.286,15 euros de socios y donantes sensibilizados con la grave situación que está a travesando Ucrania tras la invasión rusa. Todo dinero recaudado se envía directamente a Cáritas Española encargada de canalizar los donativos a Cáritas Ucrania, para apoyar el trabajo que está realizando con las familias más necesitadas de la zona.

El director de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz, Jesús Pérez Mayo, ha agradecido las aportaciones realizadas desde que se activó esta emergencia: “Estamos hablando de una avalancha de solidaridad de nuestra sociedad hacia el pueblo ucraniano”, ha destacado.

Las donaciones se están recabando a través del número de cuenta habilitado en Ibercaja para este fin, ES44 2085 4501 1703 3054 1049, mediante la aplicación Bizum con el código 38121, la página web ww.caritasmeba.es y a través e lasp

Como otras entidades e instituciones que están dando respuesta ante esta crisis humanitaria, Cáritas solicita donaciones económicas, en lugar de en especie, porque  los bienes donados en especie en España pueden no ser adecuados a las necesidades de la población y a la situación humanitaria y logística en el terreno.

Además, según explica la oenegé de la Iglesia, las aportaciones financieras son más eficientes. Los artículos donados individualmente pueden suponer costes adicionales, así como dificultades administrativas y logísticas --embalaje, trámites aduaneros suplementarios, fletar aviones o barcos y enviarlos a la zona, así como problemas por la fecha caducidad en alimentos y medicamentos--. Además, en una situación de conflicto, todas las personas y las comunidades poseen capacidades de respuesta a pesar de su vulnerabilidad y, en este sentido, las aportaciones financieras permiten la compra en mercados locales, ayudando a la activación de la economía en dichos países.

Entre las necesidades básicas que Cáritas Ucrania está atendiendo en estos momentos sobre el terreno se encuentra la de garantizar la actividad de 11 centros de atención distribuidos en distintas localidades del país, desde donde se ofrece reparto de comida caliente, agua, kits de higiene básica, transporte seguro y refugio para personas que no tengan otras opciones: lavandería comunitaria, atención a personas especialmente a las más vulnerables, como personas mayores, personas con discapacidad o menores, y apoyo emocional básico y la creación de zonas de ocio para niños y niñas.

También las Cáritas de países limítrofes como Polonia, Rumania, Eslovaquia y Moldavia han activado sus planes de emergencia de acogida a los flujos de refugiados que provienen de Ucrania, garantizando el transporte seguro desde las fronteras a los centros de acogida y brindando centros de alojamiento seguros para descansar, así como respondiendo a necesidades básicas de alimentación e higiene.