A Mario le encanta dibujar cómics. Por eso, en cuanto su profesora del colegio Luis de Morales donde estudia le contó la actividad que este sábado organizaban en el Museo de Bellas Artes de Badajoz (Muba) con motivo de la primera celebración del Día del Cómic en España, convenció a su madre para que le llevase tanto a él como a su hermano pequeño, Hugo, que comparte su afición.

Es precisamente para este público para quienes se pensó una iniciativa que aúna la pintura y el cómic, dos mundos a priori opuestos que, en realidad, no son tan diferentes entre sí. «Al final es coger un lápiz y pintar», dice Carlos Díaz, miembro de la Asociación Extrebeo que organizó la actividad.

Esa visión la comparte también Diogo Duarte, un portugués de 26 años afincado en Badajoz desde 2006. A él le encargaron la quinta viñeta del total de 15 que se crearon ayer imitando determinadas obras del Muba. El cuadro que le asignaron fue ‘La leyenda del castillo’, de Adelardo Covarsí. Pero la intención no era calcar la imagen, sino hacer una interpretación de la misma que trasladase la historia a la actualidad. Por eso, Duarte sustituyó la piedra que sujeta uno de los personajes por un teléfono móvil.

Algo parecido hizo Fernando Chamizo con ‘Los hijos de Antonio Pérez ante Rodrigo Vázquez’, de José Bermudo, imaginando el diálogo de los protagonistas del cuadro y añadiendo palos y tirachinas para enfatizar el contexto. 

El caso de Petry Rey fue algo diferente, pues, en lugar de basarse en un único cuadro, reunió a los personajes de las diferentes obras de un mismo autor. Así, gracias a Rey, Carmen, Venus, y Haru-Ko se reunieron juntas en una perfumería junto a Antonio Juez, su propio creador.

Aunque cada viñeta se puede leer de forma individual, el fin último consistía en crear una historia única entre todas para promocionar el Muba entre los jóvenes, pues el resultado se plasmará en un folleto que se repartirá por distintos centros educativos de dentro y fuera de la región.

Gran aceptación

La iniciativa gozó de una gran aceptación por parte tanto del público como de los propios ilustradores. A Virginia Nieto, madre de Mario y de Hugo, le pareció estupenda, sobre todo porque ayuda a acercar un arte clásico como es la pintura a los más pequeños, que muchas veces lo encuentran «demasiado frío».

Chamizo consideraba muy necesario conjugar ambos mundos «porque el cómic es un arte pero no está tan valorado como debería, está muy oculto». Duarte calificaba este «puente» entre ambas disciplinas «aparentemente contrarias» como «chulo y curioso».

Rey no se alejó mucho de la opinión de sus compañeros. Destacó que, al contrario de lo que opina mucha gente, es posible crear historias en este formato a través del arte contemporáneo: «La interpretación que tú haces no tiene que ser solamente de personajes imaginativos, sino también de otros artistas a quienes puedes llevar a ese mundo del cómic».