Fuentes familiares han confirmado que el cuerpo encontrado este pasado lunes, 14 de febrero, en el río Guadiana en Badajoz es de Jesús Alfredo Santos Bueno, el hombre de 38 años natural de Alburquerque cuya desaparición fue denunciada en la capital pacense, donde residía, el pasado 24 de enero, tres semanas antes de que el cadáver fuese hallado flotando a cien metros del puente Real.

Amigos y familiares están compartiendo en las redes el mensaje de que Jesús Alfredo Santos será trasladado mañana directamente desde Badajoz hasta el cementerio de Alburquerque, donde será enterrado a las 11.00 de la mañana. No obstante, aunque la familia y amigos han confirmado que se trata de esta persona desaparecida, la Policía Nacional sigue sin corroborar oficialmente la identidad del cadáver encontrado en aguas del Guadiana. Se ha podido dar la circunstancia de que la autoridad judicial, que tiene esa potestad, haya entregado el cuerpo a la familia porque hay una presunción de identidad.

Jesús Alfredo Santos residía en Badajoz, donde compartía piso con otra persona. Fue su tío el que denunció su desaparición, porque el lunes 24 de enero tenía que haber acudido a su trabajo en una obra de construcción, pero avisó a su jefe de que no se encontraba bien. No se llevó ropa, solo su teléfono, en el que saltaba el buzón de voz, además de la documentación. Jesús Alfredo no conducía.

Tres semanas después, el lunes 14 de febrero, cuando dos trabajadores de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) realizaban labores de control del nenúfar mexicano, vieron un cuerpo flotando cerca de la orilla y llamaron a la Policía Nacional. Un agente se subió a su barca y confirmó que, efectivamente, se trataba del cadáver de un hombre. Estaba boca arriba. Avisó a los bomberos del parque municipal, que acudieron con una zódiac y rescataron el cuerpo, que se encontraba a unos 5 metros de la orilla. Una vez fuera del agua, el cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde el martes le fue practicada la autopsia. El cuerpo no presentaba signos de violencia, pero sí señales de que se había quitado voluntariamente la vida. Estaba en avanzado estado de descomposición, lo que ha dificultado las tareas de identificación. La Policía Judicial estaba pendiente de los resultados del estudio de sus huellas digitales y del análisis del ADN para corroborar su identidad, que en estos momentos aún no han trascendido. Pero los familiares insisten en que se trata de este hombre.