«Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Algo tendría Miguel Celdrán cuando lo votaban elección tras elección». Son algunas de las palabras que el expresidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, dedica a quien fuera alcalde de Badajoz durante 18 años en el libro ‘Miguel Celdrán Matute. La sencillez te hace grande', que ayer se presentó en la Residencia Universitaria de la Fundación CB (Rucab), junto un documental, en los que más que rendir homenaje a su figura política -de la que cuesta desligarlo-, ponen en valor sus cualidades como persona. 

Honradez, amabilidad, cercanía, sentido del humor, admiración, respeto y amor, mucho amor por Badajoz. Son palabras que se repiten en los testimonios escritos de las cuarenta personas que han colaborado en esta publicación en memoria de Celdrán. Lo recuerdan con enorme cariño sus familiares, sus amigos, sus compañeros de partido, pero también quienes fueron sus adversarios por siglas políticas, que no por ello enemigos, y algunos otros que siempre estuvieron alejados ideológicamente de él. Pero al César lo que es del César. 

El expresidente de la Junta José Antonio Monago habla de él como «el rey del sentido común»; su amigo Luis Gragera, al que conoció en los patios de Santa Marina en 1950, relata, entre otras muchas anécdotas, cuando ambos, siendo adolescentes, se aficionaron a los toros y a las palomas. Estas últimas le dieron algún que otro disgusto, que recuerda en el libro José María Núñez, expresidente de Fundación Triángulo, quien lo reconoce, a pesar de la diferencias, como «un hombre inteligente y amable», que supo rectificar, aunque fuera a su manera. 

El exalcalde Francisco Javier Fragoso reconoce que una de las cosas más importantes que aprendió de Miguel «es que Badajoz es lo primero». Ibarra también da fe de esa pasión: «era del PP, pero militaba el pacensimo». «Un político honesto, entregado y capaz y un hombre afable y divertido», escribe el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que no olvida sus innumerables chascarrillos. «Los dioses vienen de Olivenza», le solía decir a él. 

Celdrán se ganó «por justicia» formar parte de la colección ‘Personajes Singulares de Extremadura’ de Fundación CB, que en esta ocasión amplía con un «emotivo» documental de 30 minutos dirigido por Emilio Jiménez Hidalgo y Pablo del Puerto Pachón, en el que su viuda, Marili Fernández, sus hijas, amigos y compañeros repasan, con anécdotas y vídeos del archivo personal de la familia, la vida de este hombre al que la sencillez hizo grande.

En la presentación, su mujer e hijas estuvieron acompañadas por cerca de más de 200 personas. Hoy se cumple un año de la muerte de Celdrán, pero el exalcalde sigue vivo en la memoria de todos los que lo conocieron.