Con preocupación. Así han vuelto a la rutina los alumnos de la Facultad de Ciencias donde estudia Matemáticas (no Medicina, como se creía en un principio) Pablo Sierra, el joven de 21 años natural de Zorita que ya lleva una semana en paradero desconocido. Ayer, los estudiantes de la Universidad de Extremadura (UEx) retomaron las clases después del puente de diciembre y, aunque muchos no lo conocían personalmente, sí que están consternados por el suceso.

A todos ellos les ha llegado un correo electrónico de la universidad donde se les insta a comunicar a la policía cualquier dato que consideren relevante. El rector, Antonio Hidalgo, afirmó ayer a los medios que, una vez conocida la noticia, se puso en contacto con la Rucab, residencia donde vive el joven, quien a su vez le facilitó poder hablar con su madre. En la conversación, apunta una nota de Efe, la institución académica se ofreció «para todo lo que se precisase», mientras que la madre trasladó que «se diese la mayor difusión posible por si alguien tenía algún tipo de información».

Por eso no es raro que Pablo, un estudiante de Enología que ayer se encontraba en el campus de Badajoz, haya recibido a lo largo de este puente diversos carteles alertando de la desaparición del zoriteño a pesar de que ni él ni sus amigos sabían quién era hasta el viernes pasado, cuando se denunció su desaparición. «Hemos estado pasándolos por grupos de WhatsApp para ver si alguien sabía algo, pero nada». José Manuel, compañero de Biología, comparte esta misma versión y lamenta el sufrimiento que están atravesando su familia y amigos.

Todas estas sensaciones las confirmó ayer Javier Iglesias, administrador de la Facultad de Ciencias: «Se respira un clima de intranquilidad porque han pasado varios días y el que no haya noticias es muy desalentador. La gente no lo manifiesta, pero se percibe».

Tres estudiantes conversan ayer en la puerta de la Facultad de Matemáticas. BADAJOZ. ALUMNOS DE LA UEX, FACULTAD DE CIENCIAS

Jesús Suárez, profesor de Matemáticas, también vive con incertidumbre la situación: «Nos preocupa que esto ocurra tan cerca de nosotros. Estamos con la piel de gallina porque parece que estas cosas nunca pasan». Pablo Sierra no es su alumno, aunque ha comprobado que le toca darle clase el próximo semestre, y desea con fuerza que el joven esté presente en el aula cuando llegue el primer día de su asignatura.

De momento, las batidas siguen suspendidas, aunque el dispositivo se mantiene en prealerta para reanudarse en el momento que la Policía Nacional, al frente de la investigación, así lo requiera. Ayer por la tarde, por ejemplo, una lancha de bomberos inspeccionó de nuevo una zona del río Guadiana debido al hallazgo de un objeto que finalmente se descubrió que no tenía nada que ver con la desaparición de Pablo.

La policía emplea todos los medios disponibles

Desde que hace una semana desapareció Pablo Sierra en Badajoz, la Policía Judicial está empleando en la investigación «todos los medios personales y materiales para encontrarlo lo antes posible», defienden fuentes policiales, que señalan que si lo requiere, se volverán a organizar batidas. Ayer seguía revisando grabaciones y tomando declaraciones para poner en pie qué ocurrió aquella madrugada.