Los familiares de Pablo Sierra Moreno, el joven estudiante de Matemáticas (previamente había trascendido que era de Medicina) de 21 años desaparecido en Badajoz desde la madrugada del pasado viernes, están seguros de que no se ha marchado motu proprio. «Descartamos que se haya ido voluntariamente», afirma su tía y portavoz de la familia, Susana Moreno, que ha atendido a la prensa a las puertas de la residencia universitaria Rucab, donde el joven se aloja junto a su hermano mellizo.

 «Es un niño buenísimo, nunca nos ha dado ningún problema, es estudioso, trabajador, responsable, tanto él como sus hermanos, así que por ese lado no tenemos ninguna duda», asegura.

Quienes conocen a Pablo no tienen sospechas de qué ha podido sucederle. «Es un niño diez, entonces no imaginamos qué ha podido ocurrirle», insiste su tía al cumplirse el quinto día de su desaparición. Saben que salió el jueves 2 de diciembre con sus amigos y que las últimas personas conocidas que lo vieron lo sitúan en la calle Zurbarán, en el Casco Antiguo. Su teléfono móvil fue localizado la tarde del día siguiente, el viernes 3 de diciembre, en la zona de El Pico del Guadiana por un guardia civil fuera de servicio que paseaba a su perro y, desde entonces, «no sabemos nada más», lamenta. 

La Policía Nacional mantiene todas las líneas de investigación abiertas. La familia del joven ha querido poner en valor la labor que está llevando a cabo la policía, en quien deposita toda su «confianza», al tiempo que ha mostrado su agradecimiento por el esfuerzo del resto de efectivos (bomberos y Guardia Civil) y de los voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil) que han participado en los dispositivos de búsqueda de Pablo, tanto en el río como por otras zonas del centro y el extrarradio de la ciudad. «Por ese lado estamos tranquilos, porque sabemos que están haciendo todo lo posible por localizarlo, que aparezca cuanto antes y esté bien», dice Susana Moreno.

Preocupación y angustia

 La tía de Pablo reconoció que la «inquietud y la preocupación» de la familia van en aumento por la falta de noticias a medida que pasan las horas. «La angustia de ver que van pasando los días es inevitable y ya no sabemos que pensar», asevera.

La familia hace un llamamiento a todas aquellas personas que puedan aportar alguna pista sobre el joven estudiante para que se pongan en contacto con la Policía Nacional, con la familiares, a través del teléfono 679 048 990 o de la asociación SOS Desaparecidos, que ha incluido al joven estudiante en sus alertas. 

«Si alguien ha visto algo o tiene algún tipo de información, aunque no le parezca importante, que la dé, por favor», pide la tía de Pablo Sierra, pues cualquier dato, sobre todo relacionado con la noche en la que desapareció, puede ser «valioso» para los investigadores.

El entorno del joven permanece en Badajoz a la espera de noticias, «arropando a los padres y a los hermanos». La familia procede de la localidad cacereña de Zorita, donde la desaparición de este vecino también se está viviendo con gran inquietud.

Los familiares de Pablo Sierra también se han desplazado a la zona donde fue visto por última vez para preguntar a posibles testigos si vieron al joven y, según avanzó ayer su tía, se están organizando para realizar algunas batidas por su cuenta en distintos lugares de la ciudad. 

 También a través de las redes sociales sus amigos y compañeros están contribuyendo a difundir su imagen y la alerta sobre su desaparición y por la ciudad se han colgado carteles con su fotografía. Susana Moreno ha dado las gracias por el apoyo que están recibiendo por parte de la ciudadanía en estos «momentos difíciles para todos» y asegura que perciben esa ola de ánimo y solidaridad, aunque llegue de manera virtual.

Cartel con la fotografía de Pablo Sierra en la plaza de España. Andrés Rodríguez

La tía del joven también se mostró agradecida con las muchas personas que se han ofrecido para participar como voluntarios en las batidas para localizar a su sobrino, aunque hasta la fecha no se ha considerado necesaria la colaboración ciudadana en estas tareas.

Las batidas, pendientes de la investigación de la Policía Nacional

Las batidas para localizar a Pablo Sierra siguen en suspenso a la espera de que las investigaciones de la Policía Nacional, al frente del caso, requieran que el dispositivo, que se mantiene en prealerta, vuelva a activarse. Al cierre de esta edición, ni Cruz Roja ni Protección Civil habían recibido indicaciones para movilizarse, al menos, durante la mañana de este miércoles.  

Esto no quiere decir que la búsqueda se haya cesado, sino que, hasta que se precise apoyo externo, son los agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional los que asumen las labores para tratar de localizar al joven. De hecho, según confirmaron fuentes de la comisaría, ayer volvieron a inspeccionar las zonas «más sensibles», como el entorno del río. En el Guadiana se centraron los primeros tres días de la búsqueda, con intervención de medios acuáticos y aéreos, mientras que el cuarto se rastrearon entornos de la periferia, ya solo a pie. En ningún caso hubo resultados.

De forma paralela, los investigadores continúan tomando declaración a personas del círculo de Pablo, así como a otras que pudieron tener contacto con él las horas previas a su desaparición. Además, se están revisando cámaras de seguridad de diferentes establecimientos y recabando testimonios para tratar de reconstruir sus últimos movimientos y arrojar algo de luz a su misteriosa desaparición.

Pablo Sierra mide 1,75, es de complexión atlética, pelos y ojos castaños y en el momento de su desaparición vestía una camisa azul, pantalones vaqueros y zapatillas blancas.

Pablo Sierra Moreno. LA CRÓNICA