El paradero de Pablo Sierra Moreno, el estudiante de Medicina desaparecido desde la madrugada del viernes en Badajoz, continúa siendo una incógnita. Tras diez horas de incansable búsqueda por parte de los equipos de emergencia en el río Guadiana y su entorno, donde fue hallado su teléfono móvil, el joven no ha sido localizado ni tampoco se han encontrado pistas que ayuden a averiguar qué le pudo pasar.
Al caer el sol, pasadas las seis de la tarde, el centro de mando habilitado en El Pico se ha desmontado y los más de 40 efectivos que conformaban el dispositivo han comenzado a retirar los vehículos y a abandonar la zona. A primera hora de este domingo está prevista una reunión en este mismo punto y, en función de lo que indiquen los responsables de la investigación, a cargo de la Policía Nacional, se determinará si esta tercera jornada de búsqueda se centra de nuevo en esta misma área o se amplía a otras zonas.
A lo largo de la jornada de hoy se han inspeccionado prácticamente palmo a palmo unas 200 hectáreas de superficie de tierra y agua, entre el puente de la Universidad y el de la A-5. Voluntarios de Protección Civil, Cruz Roja y Dya han peinado a pie las márgenes, inspeccionando de forma concienzuda pozos, recovecos y edificaciones en ruinas, según ha explicado Víctor Domínguez, portavoz de Cruz Roja.
Mientras, en el agua, al equipo de bomberos que revisaba en una zódiac el cauce y las dos orillas del río, se ha unido otra embarcación del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas) de la Guardia Civil. También con otra barca de Cruz Roja se ha inspeccionado una charca junto a la gravera. «No hemos encontrado nada que indique que esté en el río», ha señalado Pascual Sánchez, jefe de guardia de los bomberos del parque municipal.
La Policía Nacional no descarta ninguna hipótesis. «Todas las líneas de investigación están abiertas», aseguraron fuentes de la comisaría pacense. Además del trabajo sobre el terreno en el entorno del río, agentes de las Brigadas Judicial y Científica han recabado pruebas en la Residencia Universitaria de Fundación CB (Rucab), en la que reside el joven estudiante, y se han entrevistado con numerosos familiares, amigos y personas que pudieran haber tenido contacto con Pablo Sierra con el objetivo de tratar de reconstruir las últimas horas del joven y qué le ha podido ocurrir.
Según explicó su hermano, salió junto con amigos de su pueblo, la localidad cacereña de Zorita, el jueves por la noche. Tras irse de una discoteca, se despidieron y cada uno se marchó por su lado. Pablo no durmió en la Rucab y el viernes por la tarde se denunció su desaparición. Según algunos testigos, cogió un autobús urbano y las últimas personas que recuerdan haberlo visto lo sitúan en la calle Zurbarán, en el Casco Antiguo. Desde entonces, no hay rastro de él. En el momento de su desaparición, Pablo Sierra, que mide 1,75 y tiene ojos y pelo castaño, con flequillo rizado, vestía camiseta y chaqueta azules, pantalón vaquero y zapatillas blancas.
Fue una persona que paseaba por El Pico junto a su perro la que localizó el teléfono móvil en un terraplén junto al camino y facilitó la ubicación. Desde ese momento la búsqueda se ha centrado en ese entorno, aunque desafortunadamente sin resultados.
De momento, no se ha planteado realizar batidas ciudadanas, porque la zona está «muy acotada por las distintas ramas del Guadiana» y los efectivos del dispositivo de emergencia son suficientes para peinarla de manera exhaustiva, aunque no se descarta que, si la búsqueda sigue siendo infructuosa, en los próximos días se pueda recurrir a ese apoyo si fuera necesario, según el portavoz de Cruz Roja.
Las redes sociales se han inundado de fotografías del joven para tratar de ayudar a localizarlo, así como de mensajes deseando su pronta aparición y de apoyo a su familia. Las personas que puedan tener información sobre su paradero pueden llamar al 112, a la Policía Nacional o al teléfono facilitado por sus familiares: 679048990.
