La Navidad ha llegado al paseo de San Francisco de Badajoz, donde permanecerá hasta el 5 de enero con el mercado navideño, que este año ha alcanzado su décima edición, sin haberse saltado ninguna, y lo hace sin límite de aforos y con 54 puestos donde se ofrecen todo tipo de productos relacionados con estas fiestas, muchos de ellos de artesanos y también de asociaciones sin ánimo de lucro.

La entrada al mercado, que está de estreno, conduce al ya tradicional puesto de dulces y turrones de Castuera, que no ha faltado a su cita. No es el único puesto de comestibles, pues también hay de caramelos y de chocolate artesanos, de dulces árabes y de Panvira y productos extremeños naturales en el estand del Economato Social, sin olvidar la churrería Paco, con colas desde el primer día que se instaló. En horario de mañana y tarde, en San Francisco se pueden adquirir plantas, postales, tazas y libretas, maceteros decorados, juguetes de madera, jabones y perfumes, joyas de plata o bisutería, decoración para el árbol de Navidad, figuras para el belén, muebles en miniaturas, marionetas, marroquinería, prendas personalizadas, bolsos de tela y neceseres, loza portuguesa con motivos navideños, velas, gorros y bufandas, por citar algunos de los productos que se ofrecen.

Entre los que se estrenan este año está el puesto de chocolates artesanos Moro, procedente de Llerena. Fernando Moro decidió estar en Badajoz porque «es una forma de introducir el chocolate en Extremadura y que la gente empiece a conocer que hay chocolate extremeño, no solo belga». La materia prima procede de Uganda, Papúa Nueva Guinea, Madagascar y Costa Rica. Su especialidad son las tabletas, los bombones de higo y la naranja confitada bañada en chocolate.

Chocolates Moro se estrena en el mercado navideño. A. M. R.

Cuatro ediciones lleva en este mercado el puesto de dulces de Panvira, procedente del parque de San Fernando, donde tienen horno propio. Rocío Martínez cuenta que los primeros días en San Francisco les ha ido «genial» porque «se nota que la gente quiere comer y disfrutar».

Para la floristería del paseo de San Francisco es su segundo año en el mercado. Sólo ha tenido que trasladar su mercancía unos metros. En su puesto ofrece «todo lo típico navideño» y flores para componer centros, cuenta su dueña, María Mercedes González Prieto. El año pasado decidió participar porque su local estaba en el interior del pasaje de Menacho «y me interesaba salir a la calle». La experiencia «no estuvo mal», teniendo en cuenta las «circunstancias, la situación, con aforo, que la gente hiciera colas para entrar era un mérito y dar una vuelta entera para salir». Ha repetido este año «porque además yo me tengo que poner, aunque esté ahí al lado no se me puede poner otra floristería». «San Francisco es mío, dije que Zara me lo quitaban pero San Francisco, no». Dispuesta a vender, como el resto.

María Mercedes entre flores de Pascua. A. M. R.