Los docentes de las Escuelas Municipales de Música de Badajoz seguirán manifestándose hasta que vean reflejadas sus demandas en los presupuestos de 2022. Ayer por la mañana volvieron a concentrarse frente a la fachada del edificio consistorial al igual que hicieron en dos ocasiones a finales del pasado mes de octubre. El día 25, al igual que ayer, su protesta coincidió con la celebración del pleno ordinario del ayuntamiento. 

Juan Carlos Manzano, profesor de lenguaje musical además de delegado sindical de CSIF, deja claro que el claustro quiere que se materialicen sus reivindicaciones: «Pedimos que amplíen el curso de septiembre a junio, que nos doten de instalaciones propias, que faciliten personal administrativo y que las matriculaciones se puedan hacer de forma online».

Afirma que todos los grupos políticos pacenses están de acuerdo en hacerlas realidad, aunque la concejala de Cultura, Paloma Morcillo, ya aclaró en ocasiones anteriores que el equipo de gobierno no estaba de acuerdo en reunir a las escuelas en una única sede, si bien no descartaban añadir nuevas o dotar de mejoras a las que ya hay. «Nosotros agradecemos todo el servicio de los colegios, pero necesitamos unas instalaciones propias para enseñar música. Algunos compañeros, por ejemplo, tienen los pianos en la esquina, dan clase de espaldas a los alumnos, muchas veces tienen frío porque no les ponen la calefacción, tienen que pedir permiso para usar las pizarras...», relata Manzano.

Peticiones antiguas

Se trata de una serie de peticiones que ya llevan tiempo reclamando, aunque el retraso en el inicio presencial del curso este año ha provocado que aumenten la intensidad de sus protestas. En 2018, según el delegado sindical, recogieron 1.500 firmas para añadir dos meses más al curso, «pero a día de hoy no se ha cumplido. El ayuntamiento nos ha dicho que está estudiando todo, pero nosotros lo queremos ver reflejado en los presupuestos».

Manzano asegura que, si se llevase a cabo esta ampliación y se contratase a los profesores durante todo el año a jornada completa, podrían atender «fácilmente» hasta 800 alumnos, casi el doble de los 434 que este año están apuntados. En ese sentido, Manzano lamenta que todavía hay muchos que no han ido a las clases porque no se han enterado bien de que por fin empezaron el jueves pasado, y que hay otros que no se han apuntado directamente por el mismo motivo.

A esto se une el hecho de que todavía faltan dos profesores por contratar, uno de lenguaje musical y otro de violín, y que las preinscripciones para estudiantes de nuevo ingreso todavía no se han abierto puesto que la coordinadora, Anabel Antúnez, se incorporó hace apenas un par de semanas. A pesar de los contratiempos, de momento las escuelas funcionan con bastante normalidad: «Mis compañeros están controlando toda la situación, estamos haciendo lo imposible para que esto vaya a mejor».