Han tenido que pasar 26 años, pero la Joven Orquesta Nacional de España (Jonde) ha vuelto a organizar en Extremadura uno de los pocos encuentros sinfónicos que suele llevar a cabo anualmente (el cuarto de 2021, en este caso) después de que los últimos se llevasen a cabo en 1994 y 1995. Por eso, la secretaria general de Cultura de la Junta, Miriam García Cabezas, no dudó ayer en calificar este retorno como un auténtico «hito».

La ciudad elegida ha sido Badajoz gracias, en buena parte, a las instalaciones del Palacio de Congresos Manuel Rojas, que, según la directora de la Jonde, Ana Comesaña, cubren a la perfección las necesidades de la agrupación: «Nos han maravillado las instalaciones, su potencial como centro de cultura y su significado histórico», dijo ayer en la rueda de prensa convocada antes del último ensayo.

Con estos encuentros, el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) refuerza su compromiso con quienes todavía no han entrado de lleno en el mundo adulto, a quienes no solo pretende convertir en público, sino también en futuros profesionales de esta disciplina.

Así, desde el pasado 2 de noviembre, 55 músicos de entre 19 y 27 años de edad procedentes de 12 comunidades autónomas se han reunido en la capital pacense para preparar los tres conciertos con los que culminarán su encuentro. Bajo la batuta de un viejo conocido de la región, el exdirector de la Orquesta de Extremadura, Álvaro Albiach, tocarán hoy en Cáceres, mañana en Villanueva de la Serena y el viernes en Badajoz. Todas las actuaciones tendrán lugar a las 20.00 horas en los respectivos palacios de congresos.

Jóvenes prodigios

De entre todo el conjunto de jóvenes prodigios destaca Javier Comesaña, un violinista de apenas 22 años para quienes sus superiores solo tienen palabras de alabanza: «Es extraordinario en todo: en su desarrollo, en su capacidad y en su proyección», dijo la directora de la Jonde, que comparte con él apellido, pero no lazos de sangre. «Igual no lo sabe aún, pero es un músico especialmente dotado, es realmente espectacular», coincidió con ella Albiach.

Ambos le agradecieron que encontrase un hueco en su agenda, y es que, como el propio Javier contaba ayer, su vida ha dado un vuelco este último año gracias a su éxito en los concursos internacionales de violín Jascha Heifetz de Vilna, que ganó, y Joseph Joachim de Hannover, donde quedó finalista. «Para mí es bastante gratificante tocar con una orquesta de personas de mi edad, porque me he encontrado incluso con compañeros con los que llevo estudiando desde que era un niño», reveló ayer.

Este concierto será especial para él no solo por suponer su debut en la Jonde, sino también por el instrumento que tocará: un violín fabricado por Giovanni Battista Guadagnini en 1765 que le han cedido desde Hannover. Él abordará el Concierto para violín nº 1 de Prokofiev, y la programación se completará con la Sinfonía nº 7 de Dvorák y la Suite de danzas de Bartók.

Estas dos obras, además de marcar el nacionalismo musical centroeuropeo, cuentan también con una importante raíz popular, aunque con estilos bastante diferentes, tal y como explicó ayer Albiach: «Vamos a ofrecer un producto de una calidad excelente con una orquesta absolutamente fantástica y un programa muy interesante».