El Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac) siempre ha puesto en valor la obra de Timoteo Pérez Rubio. De hecho, cuando apenas tenía un año de vida, organizaron una exposición antológica con la que iniciaban el proceso de recuperación de su figura. Que el artista nacido en Oliva de la Frontera en 1896 vuelva a las paredes de esta institución no debería ser noticia y, sin embargo, lo es, ya que lo que muestran esta vez no es su cara más conocida, la pictórica, sino la oculta, la compuesta por sus ‘poesías secretas’, esas que escribió durante su exilio en Brasil.

El proyecto consta de dos partes. Por un lado, una exposición que podrá verse hasta el próximo 3 de abril de 2022 y que contextualiza y pone a disposición del público los resultados de una investigación de la Universidad de Extremadura (UEx) que da como resultado la segunda parte del proyecto: el libro-catálogo ‘Timoteo Pérez Rubio, poeta-pintor en Brasil: soledad, amor y melancolía’.

Se trata de un amplio dosier documental muy novedoso que ayuda a interpretar no solo la poesía secreta de Timoteo y todo su fondo literario, sino también la obra pictórica y el pensamiento artístico del autor en su etapa final del exilio. Ha sido elaborado por José Luis Bernal y Jesús Ureña, ambos profesores en la UEx, uno de literatura española y otro, de filología griega.

Asistentes al acto de presentación, ayer, en el Meiac. S. García

El primero intervino ayer en el acto de presentación poniendo en valor el «diálogo fructífero y muy generoso» entre las diferentes entidades. Una de las personas que ha participado ha sido Carlos, hijo del protagonista de la exposición y de la escritora Rosa Chacel, que justificó su presencia en la inauguración con gracia, aludiendo al «don afortunado» que tuvo a la hora de escoger «sabiamente» a sus padres.

Los tres estuvieron acompañados de la secretaria general de Cultura de la Junta de Extremadura, Miriam García Cabezas, el vicerrector de Extensión Universitaria, Juan Carlos Iglesias Zoido, y la directora del Meiac, Catalina Pulido. La máxima dirigente del museo reconoció que, para ella, el día de ayer suponía «un acontecimiento», ya que se trata de un proyecto que llevaba «mucho tiempo» intentando materializarse y con un objetivo muy en consonancia con los estatutos del Meiac: «Recuperar nombres y volver a tener entendimiento con aquellos artistas que habían desparecido del panorama histórico del arte de Extremadura».