El concejal no adscrito y ex de Vox, Alejandro Vélez, hizo ayer piña con la oposición en el pleno ordinario del Ayuntamiento de Badajoz, aun formando parte del gobierno de coalición, en varios de los asuntos del orden del día, modificando el resultado con su voto. Así, su postura fue determinante para que se rechazase el expediente para dotar del crédito necesario para cubrir el desequilibro financiero del servicio de abastecimiento y saneamiento de agua que presta Aqualia y que asciende a 1.084.433 euros de los ejercicios 2020 y 2021.

El alcalde, Ignacio Gragera, no reprochó su decisión al concejal no adscrito, sino que optó por dirigirse al grupo socialista, sobre el que lanzó toda la culpa de que no saliese adelante una modificación para cubrir las subidas salariales de los trabajadores de la concesionaria y las de tasas. El socialista Martín Serván puntualizó que en los costes también está incluido el beneficio empresarial y que se oponen por las dudas que les generan las cuentas que presenta la concesionaria, que no conocen. Unidas Podemos sumó su voto en contra y el expediente no pudo aprobarse.

Vélez fue capaz incluso de apoyar mociones del grupo socialista. Una para la creación de un servicio municipal de prevención y control de plagas, convencido como está, según dijo, que de que la inspección es necesaria, según su experiencia en el servicio de Limpieza. Como también dio su voto a otra moción socialista reclamando que se solventen los problemas de las escuelas municipales de música que, según Vélez, vienen de largo. PP y Cs fueron los únicos que no apoyaron la petición del claustro de profesores de que las escuelas tengan sede propia y se abstuvieron. Las ventanas cerradas a pesar de la recomendación sanitaria impidieron que se escuchasen las protestas de los profesores en la calle. Un pleno bronco en el que los grupos de Cs y PP volvieron a marcar distancias.