La Asociación de Vecinos Santa Engracia-Uva quiere que en su barrio se recupere la tradición de adornar las ventanas de las casas con plantas y flores. Por ese motivo, dentro de las actividades del Otoño Cultural, mañana sábado va a repartir entre el vecindario 600 aligustres en jardineras para que sus calles vuelvan a lucir «verde y floridas», según explica su presidenta, Paqui Yáñez.

Este es el primer paso de una iniciativa más ambiciosa, que también incluye la siembra de estos mismos arbustos en algunas zonas ajardinadas del barrio. Además, la intención del colectivo es dar continuidad a esta idea la próxima primavera con un nuevo reparto de plantas, en este caso de flor. «Nos hemos puesto de acuerdo con un vivero para que nos las suministre, porque lo que queremos e que haya flores en las ventanas de nuestras casas durante todo el año». Los vecinos que lo deseen podrán recoger las jardineras y los aligustres en la sede de la asociación, en la plaza de la Iglesia, donde se irá anotando quien se las lleva para tenerlos en cuenta en la próxima entrega. La presidenta vecinal reconoce que han tenido que realizar un esfuerzo económico para comprar las jardineras, cuyo coste asume el colectivo en solitario, «a pesar de que este año aún no hemos recibido ni un euro de la subvención municipal», lamenta. Las plantas sí se las han cedido de manera gratuita.

Paqui Yáñez confía en que la idea tenga la misma buena aceptación que ha cosechado el resto de actividades del Otoño Cultural, que la asociación ha organizado por primera vez ante la imposibilidad de desarrollar la tradicional semana cultural de la barriada debido a las restricciones por la pandemia. Ya se han desarrollado talleres para niños y mayores, además de una convivencia con una familia saharaui del barrio en la que hubo intercambio cultural y gastronómico. El 30 de octubre se celebrará un mercadillo solidario de ropa y calzado, todos donados y que el público podrá llevarse de manera gratuita, y el 6 de noviembre, otro de juguetes.