La Guardia Civil investiga, en el marco de la operación FIVA, a un mediador de seguros de vehículos, vecino de Badajoz, por estafar a sus clientes. Todo comenzó a raíz de las denuncias presentadas por los afectados en las que comunicaban al Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) del Sector de Tráfico de la Guardia Civil de Extremadura las anomalías detectadas en la contratación de los seguros obligatorios de ocho de sus vehículos. Cuatro de ellos ya habían sido denunciados por carecer de seguro a pesar de que en sus manifestaciones aseguraban y demostraban con diversos justificantes el pago del importe de las primas de las pólizas a su mediador.

Una vez relacionaron la información recibida con la aportada por las distintas compañías aseguradoras y las bases de datos de la DGT, constataron la estafa que este mediador venía cometiendo con parte de su clientela: cobraba el dinero a sus clientes, haciéndoles propuestas de contrataciones de seguro obligatorio de sus vehículos pero sin abonar a las compañías elegidas el importe de las primas recaudadas. Él mismo se apropiaba de las diferentes cantidades que le entregaban, por lo que la póliza quedaba cancelada el mismo día en que se suponía que entraba en vigor. 

En una nota de prensa, se explica que recibía el dinero en efectivo sin extender comprobante de la operación, que la mayoría de las gestiones eran realizadas por teléfono (en ocasiones, cliente y mediador no se conocían) y que contrataba seguros por 'días sueltos' o por periodos inferiores a los que sus clientes pretendían.

Se estima que el perjuicio económico causado rondaría los 8.000 euros, aunque la Guardia Civil recuerda también el riesgo generado en los afectados y en la seguridad vial en general al haber circulado los vehículos sin tener contratado el seguro obligatorio.

Ahora, después de haber entregado las diligencias al Juzgado de Instrucción de Badajoz, los agentes continúan con las investigaciones para tratar de averiguar otros posibles afectados, e informan de que es recomendable exigir copia de la póliza de seguros que se contrate y utilizar métodos seguros de pago, evitando, en la medida de lo posible, pagos en efectivo, sobre todo si no se recibe comprobante de esos abonos.