Edificios urbanos, paisajes, retratos, desnudos, naturaleza, texturas e incluso bocetos de la portada del disco ‘Porque amamos el fuego’, de Pablo Guerrero. 50 años de amor a la fotografía dan para mucho, como así lo demuestra la exposición que se mantendrá en la sala Europa hasta el 7 de noviembre y con la que el cacereño Chema Escribano abrió ayer la temporada de invierno del circuito de artistas visuales que organiza la Consejería de Cultura.

Estudió Arquitectura, y nunca ha renunciado a plasmarla en sus imágenes. Por eso gran parte de las piezas que integran la muestra recuerdan inevitablemente tanto a su faceta de arquitecto como también a la de escenógrafo, aunque el creador mantiene que cada área tiene «su propia vida» y que su presencia conjunta no quiere decir que todo se mezcle, a pesar de que a veces sí que lo hagan.

La primera fotografía, que refleja «una dedicación a la Extremadura monumental», data de 1970 y la última, de 2012, aunque todavía no ha abandonado la cámara y continúa capturando momentos y espacios por donde le lleva su vida. Ninguna tiene título, y es que Escribano es fiel creyente de que el autor deja de ser el protagonista de su obra en cuanto la termina: «Entonces es el público el único que tiene derecho a amarla, odiarla o ignorarla, porque, al fin y al cabo, el arte funciona como un espejo donde cada uno proyecta su propio conflicto y encuentra lo que quiere encontrar».

La Junta de Extremadura contactó con él en 2017 para organizar esta exposición, pero cuando todo estaba listo y estaba a punto de ver la luz, se desató la pandemia. Ahora, las paredes de esta sala albergan por fin unas imágenes que él mismo explicó se encargó de explicar ayer en su inauguración. Hoy a las 19.00 horas volverá a llevar a cabo una visita guiada dirigida a todos aquellos interesados en conocer su trabajo.